Página 339 - La Historia de la Redenci

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La liberación de los santos
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La primera resurrección
La tierra se estremeció violentamente cuando la voz del Hijo
de Dios llamó a los santos que dormían. Respondieron a esa invi-
tación y surgieron revestidos de gloriosa inmortalidad exclamando:
“¡Victoria! ¡Victoria! sobre la muerte y el sepulcro. ¿Dónde está,
oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” Véase
1
Corintios 15:55
. Entonces los santos vivos y los resucitados elevaron
sus voces en un prolongado y arrobador grito de triunfo. Los cuerpos
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que habían descendido a la tumba con los estigmas de la enfermedad
y la muerte, resucitaron dotados de salud y vigor inmortales. Los
santos vivos fueron transformados en un momento, en un abrir y
cerrar de ojos, y junto con los resucitados ascendieron juntos para
recibir al Señor en el aire. ¡Oh, qué glorioso encuentro! Los amigos
desunidos por la muerte volvieron a reunirse para no separarse nunca
más.
A cada lado del carro de nubes había alas, y debajo, ruedas vivas.
Al girar, las ruedas clamaban: “¡Santo!” y las alas al batir, repetían:
“¡Santo!” Y la comitiva de ángeles que rodeaba la nube decía en
voz alta: “¡Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso!” Y los
redimidos que estaban en la nube exclamaban: “¡Gloria! ¡Aleluya!”
Y el carro ascendía hacia la Santa Ciudad. Antes de entrar en ella, los
rescatados se ordenaron en un cuadro perfecto con Jesús en el centro.
Su cabeza y sus hombros sobresalían por encima de los salvados
y los ángeles. Su majestuosa figura y su amable rostro podían ser
vistos por todos los que formaban el cuadro.
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