Página 347 - La Historia de la Redenci

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La coronación de Cristo
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su voluntad. Nada dijeron con respecto a lo que hicieron o sufrieron;
por el contrario, el tema de cada cántico, la nota tónica de cada
himno era: “La salvación pertenece a nuestro Dios... y al Cordero”.
Apocalipsis 7:10
.
Ante la presencia de los habitantes del cielo y la tierra reuni-
dos, se llevó a cabo finalmente la coronación del Hijo de Dios. Y
entonces, investido de majestad y poder supremos, el Rey de reyes
pronunció su sentencia sobre los que se rebelaron contra su gobierno,
y la ejecutó contra los que transgredieron su ley y oprimieron a su
pueblo. El profeta de Dios dice: “Y vi un gran trono blanco y al que
estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo,
y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes
y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro
libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los
muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus
obras”.
Apocalipsis 20:11, 12
.
Tan pronto como los libros fueron abiertos, y los ojos de Jesús
contemplaron a los impíos, éstos fueron conscientes de cada pecado
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que alguna vez cometieron. Vieron con exactitud dónde se apartaron
sus pies del camino de la pureza y la santidad, y cuán lejos los lle-
varon el orgullo y la rebelión en la violación de la ley de Dios. Las
seductoras tentaciones que ellos alentaron por su complacencia con
el pecado, las bendiciones pervertidas, las ondas de gracia rechaza-
das por el corazón obstinado e impenitente, todo apareció como si
estuviera escrito con letras de fuego.
Panorama del gran conflicto
Sobre el trono apareció la cruz; y como en una escena pano-
rámica aparecieron también las escenas de la tentación y la caída
de Adán, y los pasos sucesivos del gran plan de redención. El hu-
milde nacimiento del Salvador; sus primeros años señalados por
la sencillez y la obediencia; su bautismo en el Jordán; el ayuno y
las tentaciones en el desierto; su ministerio público, mediante el
cual presentó a la humanidad preciosas bendiciones celestiales; los
días repletos de actos de amor y misericordia; las noches de oración
y vigilia en la soledad de las montañas; las maquinaciones de la
envidia, el odio y la maldad con que se pagaron sus beneficios; la