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La Historia de la Redención
Dios. Llamó la atención de ella a sí mismo. Comió a su gusto del
fruto del árbol, y descubrió que no sólo era inofensivo, sino además
delicioso y estimulante, y le dijo que por causa de sus maravillosas
propiedades para impartir sabiduría y poder Dios les había prohibido
que lo comieran o aun lo tocaran, porque conocía sus maravillosas
cualidades. Afirmó que por comer del fruto del árbol prohibido había
adquirido la capacidad de hablar. Insinuó que Dios no cumpliría su
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palabra, que era sólo una amenaza para intimidarlos e impedirles
lograr un gran beneficio. Además le dijo que no morirían. ¿No habían
comido acaso del árbol de la vida que perpetuaba la inmortalidad?
Le dijo seguidamente que Dios los estaba engañando para impedirles
alcanzar un nivel de felicidad más elevado y un gozo más excelso.
El tentador arrancó el fruto y se lo alcanzó a Eva. Ella lo tomó.
“Ahora bien -dijo el tentador-, se les había prohibido hasta que lo
tocaran, porque morirían”. Le dijo entonces que no experimentaría
más daño o muerte al comer el fruto que al tocarlo o sostenerlo entre
las manos. Eva se envalentonó al no sentir las señales inmediatas
del desagrado de Dios. Le pareció que las palabras del tentador eran
sabias y correctas. Comió, y se sintió deleitada con el fruto. Su sabor
le resultó delicioso, y se imaginó que estaba experimentando en sí
misma sus maravillosos efectos.
Eva se transforma en tentadora
Tomó entonces del fruto y comió, e imaginó que sentía el poder
vivificante de una nueva y elevada existencia como resultado de
la influencia estimulante del fruto prohibido. Se encontraba en un
estado de excitación extraña y antinatural cuando buscó a su esposo
con las manos llenas del fruto prohibido. Le habló acerca del sabio
discurso de la serpiente y manifestó su deseo de llevarlo inmedia-
tamente junto al árbol del conocimiento. Le dijo que había comido
del fruto, y que en lugar de experimentar una sensación de muerte,
sentía una influencia estimulante y placentera. Tan pronto como Eva
desobedeció se transformó en un medio poderoso para ocasionar la
caída de su esposo.
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Vi que la tristeza se insinuaba en el rostro de Adán. Parecía
temeroso y atónito. Al parecer, había una lucha en su mente. Le dijo
a Eva que estaba casi seguro de que se trataba del enemigo contra