Página 67 - La Historia de la Redenci

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La torre de Babel
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Dios se imaginaban que si su torre llegaba hasta las nubes, podrían
descubrir las causas del diluvio.
Se exaltaron a sí mismos frente a Dios. Pero él no permitiría que
completaran su obra. La torre alcanzaba ya una gran altura cuando el
Señor envió dos ángeles para que los confundieran en su trabajo. Se
había encargado a ciertos hombres que recibieran indicaciones de los
que trabajaban en lo alto, y que pedían materiales para su trabajo, de
manera que el primero se comunicaba con el segundo, y éste con el
tercero, hasta que el pedido llegaba a los que estaban abajo. A medida
que el mensaje pasaba de uno a otro en su descenso, los ángeles
confundieron sus lenguas, y cuando el pedido llegó a los obreros
que estaban abajo se proveyó material que no se había pedido. Y
cuando después de un laborioso proceso éste llegaba a los obreros
que estaban en la cumbre, no era lo que querían. Chasqueados y
enojados reprochaban entonces a los que suponían culpables.
Después de esto no hubo armonía en su trabajo. Enojados los
unos con los otros, sin saber a qué atribuir los malentendidos y
las extrañas palabras que oían, abandonaron la obra, se separaron
los unos de los otros, y se esparcieron por toda la tierra. Hasta ese
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momento los hombres habían hablado un solo idioma. Un rayo del
cielo, como una señal de la ira divina, destruyó la parte superior de
la torre y la arrojó por tierra. De esa manera Dios quiso mostrar al
hombre rebelde que él es el Ser supremo.
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