Página 104 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Preparar dirigentes
El deber de entrenar a otros
—“Aunque le parezca difícil de-
sentenderse de responsabilidades que otros no pueden asumir, es
su deber entrenar a otros para que ocupen posiciones de respon-
sabilidad, para que cuando usted necesite un cambio y descanso,
lo cual es su deber, usted pueda tenerlos. Yo pienso que usted y
su esposa deberían visitar California. De nuevo usted ha trabajado
intensamente bajo una fuerte presión. Dios le ha conservado la vida,
pero usted no es inmortal, y usted puede morir lo mismo como han
muerto otros antes que usted al tratar de vivir dos años en uno.
“Por años, cuando los asuntos del sanatorio fueron desplegados
delante de mí, me fue mostrado que usted estaba recargándose hasta
el punto de perjudicarse, y al hacerlo estaba privando a otros de una
experiencia. Los que están conectados tan estrechamente con usted
en el sanatorio están listos para asentir a cada movimiento que usted
haga, y a decir ‘sí’ a cada propuesta suya, pero sin usar su juicio
individual, y sin exigir a sus mentes esfuerzo alguno con el fin de
tener opiniones sanas e ideas claras, no prestadas sino propias. Los
hombres en puestos de responsabilidad se han calificado a sí mismos
en esta dirección por el mismo proceso al cual usted y otros han
tenido que someterse para esta clase de trabajo. Ahora bien, si usted
releva a esas personas de esta parte responsable del trabajo, entonces
sólo serán sus máquinas. Su cabeza planea, proyecta, da vuelta la
manivela, le da cuerda, para luego aflojar y dar cuerda nuevamente.
“Esta es una de las razones por la que tenemos tan pocos obreros
pensantes hoy día; y esta es la razón por la cual los obreros que
usan su cerebro están descendiendo de su puesto y yendo a la tumba,
porque han sido cerebro para otros. Yo le diré con claridad, como
una madre se lo diría a su hijo: ‘Usted ha tenido un decidido fracaso
en esto’. En este momento no puedo intentar especificar todos esos
errores, pero hay en usted un amor por la supremacía, se de cuenta o
no, que si usted no lo hubiera acariciado tendría ahora a su lado a
hombres que se hubieran desarrollado como médicos útiles; hombres
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