Página 61 - Liderazgo Cristiano (2003)

Basic HTML Version

Delegar responsabilidades
57
Dividir responsabilidades
—“Me siento un poco preocupada
por usted. Soñé que usted me contaba algunas de sus pruebas, y
le dije: ‘Mi hermano, si usted hubiese tenido el espíritu que tenía
Moisés, tendría la ayuda de obreros capaces’. Cuando Moisés te-
nía muchas cargas, el Señor hizo surgir un Jetro como consejero y
ayudador. El consejo fue aceptado, y las cargas que pesaban sobre
él fueron repartidas entre otros, y se logró un doble objetivo: Moi-
sés fue aliviado y tuvo una mejor oportunidad para su vida, y los
hombres aprendieron a llevar responsabilidades, calificándose para
trabajar en posiciones de confianza, con el fin de que Israel no se
acostumbrara a mirar a un solo hombre, y pensar que nadie podía
hacer algo por ellos a menos que el asunto fuera presentado delante
de ese hombre. Sé que es difícil desligarse de algunas responsabi-
lidades y darle a otros una oportunidad de asumirlas, con todas las
ventajas que su consejo y conocimiento para ayudarlos. Y a menos
que esto se haga antes de no mucho tiempo, ellos tendrán que asumir
la pesada dirección sin la instrucción y el consejo que ahora tienen
el privilegio de tener”.—
Carta 64, 1886
.
La sabiduría de Dios tiene que ser entretejida en la expe-
riencia diaria
—“Con la gracia de Cristo en el ser, usted puede ser
[55]
poderoso por medio de Dios, haciendo retroceder los poderes de las
tinieblas. Ningún otro poder sino sólo la verdad lo mantendrá firme,
teniendo siempre en vista la gloria de Dios. Los que están estrecha-
mente relacionados con usted tienen solemnes responsabilidades.
Usted deposita confianza en ellos, y es su deber aferrarse a Dios,
y estar atento a su gloria, tomándose firmemente del brazo de la
Omnipotencia, no confiando o apoyándose en algún brazo humano.
Ellos deberían utilizar hasta el máximo las facultades que Dios les
ha dado, porque tendrán que dar cuenta de ellas al mismo Dios.
Deberían estar creciendo constantemente; nunca deben cesar en su
progreso. Pero se los debería alistar con toda la ayuda que se les
pueda dar como soldados de Jesucristo en esta guerra santa. Todo
el conocimiento que el apóstol pueda reconocer como verdadera
ciencia, debiera adquirirla hasta donde sea posible. Todo lo que
pueda fortalecer o expandir la mente, debiera ser cultivado hasta
el máximo de los poderes individuales. Y si bien es privilegio de
los que están conectados con usted el adquirir todo esto, solamente
unos pocos están alcanzando la norma, y existe el peligro de que