Página 62 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Liderazgo Cristiano
ellos sean engañados en cuanto a sus propias adquisiciones. Si no
progresan, retrocederán, y usted mismo estará bajo engaño, a menos
que la sabiduría que procede de Dios sea entretejida tanto en la
experiencia diaria de usted como en la de ellos.
“He pensado en las razones que usted tiene para no confiar res-
ponsabilidades a sus obreros; pero usted no ha sido tan chasqueado
y afligido como nuestro Redentor lo ha sido por nuestro trabajo cha-
pucero. Hemos demostrado demasiado poca fidelidad hacia quien
nos compró con su propia sangre...
“Me siento contenta con cada poquito de interés que usted mues-
tra en asuntos religiosos. La manera de llegar a ser grande y noble
es ser como Jesús, puro, santo e incontaminado. Tal como veo las
cosas, los honores que usted pueda recibir de mécidos y de grandes
hombres no son de mucho valor, pero el honor que puede recibir del
Señor es del más alto valor. Yo deseo que usted no llegue a ser casi
vencedor, sino completamente vencedor, y más que vencedor por
medio de Aquel que lo amó y entregó su propia vida para salvarlo
de la ruina. Usted necesita cada día más y mayor confianza en Dios.
Yo deseo que usted sea el hombre más feliz que llegue al cielo. Yo
deseo que usted esté en paz con Dios aquí, y que pueda estar en el
cielo después. Usted tiene que pelear la batalla de la fe con el fin de
vencer el escepticismo y la infidelidad”.
Carta 7, 1886
, (26 de abril
de 1886, a J. H. Kellogg).
Consejo a un dirigente egoísta
—“Mientras usted tiene dema-
siado que hacer, otros tienen muy poco. Usted no les concede a
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otros la oportunidad de mejorar en eficiencia por medio de la expe-
riencia práctica. Usted consiente en ser ayudado y asesorado si sus
ayudantes dejan que la responsabilidad principal descanse en usted.
Especialmente entre sus compatriotas, usted desea ser colocado por
sobre todos los demás.
“Pareciera que usted no tiene la habilidad de educar a los jóvenes
y darles la oportunidad de hacer aquello para lo cual tienen talentos
si se les diera la oportunidad de aprender. Esta es la obra que debiera
haber sido hecha, pero que usted dejó sin hacer. Si usted fuese
desinteresado, si tuviera la mansedumbre y la humildad de Cristo,
aprendería a entrenar a los jóvenes para el servicio útil...
“Usted no busca pacientemente familiarizar a otros con todos los
aspectos de la obra. Esto es así porque usted desea ser el primero,