Página 105 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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La obra de asistencia social en los hogares
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en obediencia a la voluntad de Dios.—
The Review and Herald, 9 de
mayo de 1912
.
Los enfermeros misioneros en el hogar
—El Señor desea que
hombres y mujeres juiciosos se desempeñen como enfermeros para
consolar y ayudar a los enfermos y dolientes. ... Hay muchas clases
de trabajo que han de realizarse mediante los enfermeros misioneros.
Hay oportunidades para los enfermeros bien preparados de entrar en
las familias y procurar despertar un interés en la verdad. En casi cada
localidad hay muchos que no asisten a ningún servicio religioso. Si
quiere ganárselos para el Evangelio, éste debe ser llevado hasta sus
hogares. Con frecuencia el alivio de sus necesidades físicas es el
único medio por el cual se puede alcanzarlos. Cuando enfermeros
misioneros cuidan de los enfermos y alivian la aflicción de los
pobres, encontrarán muchas oportunidades para orar con ellos, para
leerles de la Palabra de Dios, para hablar del Salvador. Pueden orar
con los desvalidos y por aquellos que no tienen fuerza de voluntad
para regir los apetitos que la pasión ha degradado. Pueden llevar un
rayo de esperanza a la vida de los derrotados y descorazonados. Su
amor desinteresado, manifestado en actos de bondad desinteresada,
facilitará que crean en el amor de Jesús esos dolientes (
Ibid
.).
Enseñad a la gente cómo conservarse bien
—La obra misio-
nera médica presenta muchas oportunidades para servir. La intem-
perancia en el comer y la ignorancia de las leyes de la naturaleza
están ocasionando muchas de las enfermedades que existen y están
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despojando a Dios de la gloria que se le debe. ... Enseñad a la gente
que es mejor saber cómo conservarse bien que saber cómo curar
enfermedades. Debiéramos ser educadores sabios que amonesten a
todos contra la indulgencia propia. Al ver la desdicha, la deformidad
y la enfermedad que han entrado en el mundo como resultado de la
ignorancia, ¿córno podemos refrenarnos de hacer nuestra parte para
iluminar a los ignorantes y aliviar a los dolientes?—
Ibid. 6 de junio
de 1912
.
Todos debieran dominar los principios sencillos
—Los hijos
de Dios han de ser genuinos misioneros de la obra médica. Han de
aprender a atender las necesidades del alma y del cuerpo. Debie-
ran saber cómo dar los sencillos tratamientos que hacen tanto para
aliviar el dolor y eliminar la enfermedad. Debieran estar familiari-
zados con los principios de la reforma pro salud, para que puedan