Página 106 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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El Ministerio de la Bondad
mostrar a otros cómo, mediante hábitos correctos de comer, beber y
vestirse, puede ser evitada la enfermedad y recuperada la salud. Una
demostración del valor de los principios de la reforma pro salud hará
mucho para eliminar los prejuicios contra nuestra obra evangélica.
El gran Médico, el originador de la obra médico-misionera, bende-
cirá a cada uno que avance humilde y confiadamente, procurando
impartir la verdad para este tiempo.—
Ibid. 5 de mayo de 1904
.
Es esencial una reforma continua
—Una reforma, una continua
reforma, debe mantenerse delante de la gente y, mediante nuestro
ejemplo, debemos dar fuerza a nuestras enseñanzas. La verdadera
religión y las leyes de la salud van de la mano. Es imposible traba-
jar para la salvación de los hombres y mujeres sin presentarles la
necesidad de apartarse de las condescendencias pecaminosas que
destruyen la salud, rebajan el alma e impiden que la verdad divina
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impresione la mente. Debe enseñarse a los hombres y mujeres a
repasar cuidadosamente cada hábito y práctica y eliminar inmedia-
tamente aquellas cosas que causan una condición desfavorable para
la salud en el cuerpo y así proyectan una sombra oscura sobre la
mente.—
Ibid. 12 de noviembre de 1901
.
Enseñad los principios culinarios saludables
—A causa de
que las avenidas del alma han sido cerradas por el tirano prejuicio,
muchos ignoran los principios de una vida sana. Un buen servicio
puede hacerse al enseñar a la gente cómo preparar alimentos saluda-
bles. Esta fase del trabajo es tan esencial como cualquiera otra que
se pueda emprender. Deberían establecerse más escuelas de cocina,
y algunos deberían trabajar de casa en casa, dando instrucciones en
el arte de preparar alimentos saludables. Muchísimos serán resca-
tados de una degeneración física, mental y moral por medio de la
influencia de la reforma pro salud. Estos principios se recomendarán
por sí mismos a aquellos que están buscando luz, y por medio de
ellos adelantarán hasta recibir la completa verdad para este tiempo.
Dios desea que su pueblo imparta lo que recibe. Como imparcial
y desinteresado testigo, ha de dar a otros lo que el Señor le ha dado
a él. Y cuando os alistéis en esta obra y con cuanto medio esté a
vuestro alcance busquéis alcanzar los corazones, estad seguros de
trabajar en una forma que quite prejuicios en vez de crearlos. Haced
de la vida de Cristo vuestro constante estudio y trabajad como él lo
hizo, siguiendo su ejemplo.—
Ibid. 6 de junio de 1912
.