La obra de asistencia social en los hogares
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Reanimando la confianza
—Muchos no tienen fe en Dios y han
perdido la confianza en el hombre, sin embargo aprecian los actos
de simpatía y de ayuda. Cuando ellos ven a alguien que no tiene
ningún interés en la fama mundanal ni en recibir recompensa alguna,
que visita sus hogares asistiendo a los enfermos, dando de comer al
hambriento, vistiendo al desnudo, consolando al triste y tiernamente
haciendo que todos dirijan la vista hacia Aquel de cuyo amor y
simpatía el obrero humano es sólo el mensajero, cuando ven todo
eso, su corazón es conmovido. La gratitud brota, se enciende la fe.
Ven que Dios cuida de ellos, y cuando se abre su Palabra, están
preparados para oír.—
Ibid. 9 de mayo de 1912
.
Muchos son salvados de la degradación
—Me ha sido mos-
trado que la obra médico-misionera hallará, en la más profunda
degradación, hombres que una vez tuvieron mentes puras, preciosas
cualidades, los cuales serán rescatados de su condición caída por
medio de un trabajo apropiado. La verdad, tal como es en Jesús, es
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la que ha de ser presentada delante de las mentes humanas después
de que se les ha atendido bondadosamente y se ha suplido sus ne-
cesidades físicas. El Espíritu Santo está trabajando y cooperando
con los agentes humanos que están trabajando por tales almas y
algunas apreciarán el fundamento [puesto] sobre una roca para su fe
religiosa. No han de presentarse doctrinas que resulten chocantes a
estos individuos a quienes Dios ama y compadece; pero cuando son
ayudados físicamente por quienes realizan la obra médico-misionera,
el Espíritu Santo coopera con la labor de agentes humanos para des-
pertar las facultades morales. Los poderes de la mente se despiertan
a la actividad, y esas pobres almas, muchas de ellas, serán salvas en
el reino de Dios.
No hay, ni habrá jamás, nada comparable a la obra del buen
samaritano para dar carácter a la misión de presentar la verdad
que ayude a la gente, llegando hasta ella donde esté. Un trabajo
adecuadamente conducido para salvar pobres pecadores que han
sido pasados por alto por las iglesias, será una cuña metida por
donde la verdad establecerá su morada. Un diferente orden de cosas
necesita establecerse entre nosotros como pueblo, y si esta clase
de obra se realiza, entonces se creará una atmósfera enteramente
diferente alrededor de las almas de los obreros, porque el Espíritu
Santo se comunicará a todos los que están haciendo el servicio de