Página 156 - El Ministerio de la Bondad (1977)

Basic HTML Version

152
El Ministerio de la Bondad
depender. Dándoles más tiempo y atención que lo debido, podemos
estimular su ociosidad, incapacidad, extravagancia e intemperancia.
Cuando damos a los pobres debemos preguntarnos: “¿Estoy es-
timulando la prodigalidad? ¿Estoy ayudándoles o perjudicándoles?”
Nadie que puede ganarse la vida tiene derecho a depender de los
[200]
demás.
El dicho: “El mundo me debe el sostén”, tiene en sí la esencia
de la mentira, del fraude y el robo. El mundo no debe el sostén a
nadie que pueda trabajar y ganarse la vida. Pero si alguno llega a
nuestra puerta y pide alimento, no debemos despedirlo hambriento.
Su pobreza puede ser el resultado de la desgracia.
Debemos ayudar a los que, con grandes familias que sostener,
tienen que luchar constantemente con la debilidad y la pobreza. Más
de una madre viuda con sus niños privados del padre trabaja más de
lo que sus fuerzas le permiten a fin de conservar a sus pequeñuelos
consigo y proveerles alimento y ropa. Muchas madres tales han
muerto por exceso de trabajo. Cada viuda necesita el consuelo de las
palabras alentadoras, y muchas son las que debieran recibir ayuda
material.—
Joyas de los Testimonios 2:515, 516
.
Tomad nota de cada caso de necesidad
—Es propósito de Dios
que los ricos y los pobres estén estrechamente vinculados por los
lazos de la simpatía y el espíritu servicial. El nos invita a interesarnos
en todos los casos de padecimiento y necesidad que lleguen a nuestro
conocimiento.
No pensemos que es rebajar nuestra dignidad atender a la huma-
nidad doliente. ...
Muchos que no pertenecen a nuestra fe están anhelando la ayuda
que los cristianos tienen el deber de darles. Si el pueblo de Dios
quisiera manifestar verdadero interés en sus vecinos, muchos serían
alcanzados por las verdades especiales para este tiempo. Nada puede
dar tanto carácter a la obra como el ayudar a la gente donde está.
Miles podrían estar regocijándose hoy en el mensaje, si los que
aseveran amar a Dios y guardar sus mandamientos hubiesen querido
[201]
trabajar como Cristo trabajó.—
Ibid. 2:516-518
.
La mejor manera para alcanzar hoy los corazones
—Al de-
mostrar un interés en las necesidades de la humanidad sufriente
podemos llegar mejor hasta sus corazones. Es mucho más fácil
completar el cultivo de la mente y del corazón, cuando sentimos