Página 159 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Ayudad a los pobres a ayudarse a si mismos
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Los talentos confiados por Dios no han de ser escondidos debajo
de un almud o debajo de una cama. Cristo dijo: “Vosotros sois la luz
del mundo”.
Mateo 5:14
. Cuando veáis algunas familias que viven
en tugurios, con alimento y vestidos insuficientes, sin herramientas,
sin libros u otros indicios de refinamiento en sus hogares, ¿os intere-
saréis en ellos y os esforzaréis para enseñarles cómo emplear sus
energías de la mejor manera, para que puedan prosperar y para que
su obra pueda adelantar?—
Testimonies for the Church 6:188, 189
.
La Palabra de Dios revela la solución del problema
—Hay
hombres y mujeres de corazón generoso que consideran ansiosa-
mente la condición de los pobres y el modo de aliviarlos. ¿Cómo
asistir a los desvalidos sin trabajo ni hogar para que obtengan las
bendiciones comunes de la providencia de Dios y para que lleven la
vida que él dispuso que el hombre llevara? es una pregunta a la que
muchos procuran contestar. ...
Si los hombres se fijaran más en la enseñanza de la Palabra de
Dios, encontrarían soluciones a problemas que los dejan perplejos.
Mucho podría aprenderse del Antiguo Testamento respecto a la
cuestión del trabajo y de la asistencia al pobre. En el plan de Dios
para Israel, cada familia tenía su propia casa con suficiente tierra de
labranza. De este modo quedaban asegurados los medios y el incen-
tivo para ser posible una vida provechosa, laboriosa e independiente.
Y ninguna especulación humana ha mejorado jamás semejante plan.
Al hecho de que el mundo se apartó de él, se debe en gran parte la
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pobreza y la miseria que imperan hoy. ...
En Israel considerábase como un deber la educación industrial.
Todo padre tenía obligación de enseñar a sus hijos algún oficio útil.
Los mayores hombres de Israel fueron educados para desempeñar
oficios. El conocimiento de las labores domésticas se consideraba
indispensable para toda mujer. Y la destreza en el desempeño de
estas tareas era honrosa para las mujeres de la clase más encumbrada.
En las escuelas de los profetas se enseñaban varios oficios, y
muchos estudiantes se mantenían a sí mismos con su trabajo manual.
...
El plan de vida que Dios dió a Israel estaba destinado a ser una
lección objetiva para toda la humanidad. Si estos principios fueran
practicados hoy, ¡cuán diferente sería el mundo!—
El Ministerio de
Curación, 138-142
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