Página 172 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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El Ministerio de la Bondad
Cristo se hizo pobre por nosotros para que pudiéramos ser hechos
ricos con su pobreza. Hizo un sacrificio para poder proveer un hogar
a los peregrinos y extranjeros del mundo que buscaran una patria
mejor, la celestial. Los que son súbditos de la gracia de Dios, que
esperan ser herederos de la inmortalidad, ¿rehusarán, o aun sentirán
repugnancia a compartir sus hogares con los que no los tienen y
los necesitados? Los que somos discípulos de Jesús, ¿rehusaremos
la entrada en nuestra casa a los extraños porque no pueden alegar
familiaridad con los de casa?
La orden del apóstol ¿no tiene validez en este siglo: “No olvideis
la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron
ángeles”? ...
[222]
Nuestro Padre celestial coloca bendiciones disfrazadas en nues-
tro sendero, pero algunos no las tocan por temor de que perturben
su gozo. Hay ángeles que están esperando para ver si aprovechamos
las oportunidades de hacer bien que están dentro de nuestro alcance.
Están esperando para ver si bendeciremos a otros, para que ellos a
su vez puedan bendecirnos. ...
He oído a muchos que se excusan de invitar a los santos de Dios a
sus hogares y corazones. “Pero yo no tengo nada preparado, no tengo
nada cocinado; deben ir a algún otro lugar”. Y en aquel lugar quizá
haya alguna otra excusa inventada para no recibir a los que necesitan
hospitalidad, y los sentimientos de los visitantes son lastimados
profundamente y se van con impresiones desfavorables en cuanto a
la hospitalidad de estos profesos hermanos y hermanas. Si Ud. no
tiene pan, hermana, imite el caso que se presenta en la Biblia. Vaya
a su vecino y dígale: “Amigo, préstame tres panes, porque un amigo
mío ha venido a mí, y no tengo qué ponerle delante”. No tenemos
un solo ejemplo de que la falta de pan haya sido puesta como excusa
para rehusar la entrada a alguien que la pidiera. Cuando Elías fué
a la viuda de Sarepta, ella compartió su bocado con el profeta de
Dios, y él realizó un milagro e hizo que en ese acto de ofrecer un
hogar para su siervo, y compartir su bocado con él, ella misma fuera
sostenida y se preservaran su vida y la de su hijo. Así también será
en el caso de muchos, si hacen esto alegremente para la gloria de
Dios.—
Testimonies for the Church 2:27-29
.
La iglesia en pleno es responsable por la negligencia de sus
miembros
—Dios responsabilizará en pleno a la iglesia de—por el