Página 175 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Ayuda y aliento a las viudas
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Dios nos invita a suplir en lo posible la falta de padre impuesta a
estos niños. En vez de retraeros de ellos, lamentando sus defectos
y las molestias que pueden causar, ayudadles en todo lo que po-
dáis. Procurad aliviar a la madre agobiada. Aligeradle la carga.—
El
Ministerio de Curación, 154, 155
.
Debernos ser canales de la generosidad de Dios
—En las ca-
sas bien provistas de comodidades, en los graneros llenos de las
abundantes cosechas del campo, en los almacenes bien surtidos de
paño y tela, y en las arcas rellenas de oro y plata, Dios suministró
recursos para el sostén de estos necesitados. Nos invita a que seamos
canales de su munificencia.—
Ibid. 154
.
La ayuda a las viudas es confiada a los que están en prospe-
ridad
—Los pobres, los que no tienen hogar y las viudas están entre
nosotros. Oí a un rico chacarero que describía la situación de una
pobre viuda de su iglesia. Lamentaba sus circunstancias adversas
y entonces añadió: “No sé cómo va a pasar este frío invierno. Está
en apuros ahora”. Los que proceden así han olvidado el Modelo
y por sus actos dicen: “No, Señor, no podemos beber de la copa
de la abnegación, humillación y sacrificio de que tú bebiste, ni ser
bautizados con los sufrimientos con que tú fuiste bautizado. No
podemos vivir para hacer bien a otros. Nuestra ocupación es cuidar
de nosotros mismos”.
[226]
¿Quién debiera saber la forma en que podría arreglarse la viuda
a menos que fueran aquellos que tienen graneros bien llenos? Los
medios por los cuales ella podría arreglarse están disponibles. ¿Y se
atreven aquellos a quienes Dios ha hecho sus mayordomos, a quienes
ha confiado medios, a retenerlos de los discípulos necesitados de
Cristo? Si lo hacen, retienen de Jesús. ¿Esperáis que el Señor haga
llover alimento del cielo para proveer a los necesitados? ¿No ha
colocado, más bien, en vuestras manos el ayudarlos y bendecirlos
por vuestro medio? ¿No os ha hecho su instrumento en esta buena
obra para probaros y daros el privilegio de acumular un tesoro en el
cielo?—
Testimonies for the Church 2:32, 33
.
Hermanos, por el amor de Cristo llenad vuestras vidas con buenas
obras. ... Todo lo que tenéis pertenece a Dios. Estad en guardia, no
sea que atesoréis egoístamente las mercedes que él os ha dado para
la viuda y el huérfano.—
Ibid. 4:627
.