Página 22 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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El Ministerio de la Bondad
compensa en talentos y riquezas atesorados al lado del trono de Dios.
De esta manera, el rico puede hacer que su vida tenga un éxito espi-
ritual, como un fiel administrador de las cosas de Dios.—
Manuscrito
22, 1898
.
El sufrimiento, un medio para el perfeccionamiento del ca-
rácter
—Hay también en las palabras del Salvador un mensaje de
consuelo para los que sufren aflicción o la pérdida de un ser querido.
Nuestras tristezas no brotan de la tierra. Dios “no aflige ni congoja
de su corazón a los hijos de los hombres”. Cuando él permite que su-
framos pruebas y aflicciones, es para “lo que nos es provechoso, para
que recibamos su santificación”. Si la recibimos con fe, la prueba
que parece tan amarga y difícil de soportar resultará una bendición.
El golpe cruel que marchita los gozos terrenales nos hará dirigir los
ojos al cielo. ¡Cuántos son los que nunca habrían conocido a Jesús,
si la tristeza no les hubiera movido a buscar consuelo en él!
Las pruebas de la vida son los instrumentos de Dios para eliminar
de nuestro carácter toda impureza y tosquedad. Mientras nos labran,
escuadran, cincelan, pulen y bruñen, el proceso resulta penoso, y
es duro ser oprimido contra la muela de esmeril. Pero la piedra
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sale preparada para ocupar su lugar en el templo celestial. El Señor
no ejecuta trabajo tan consumado y cuidadoso en material inútil.
Únicamente sus piedras preciosas se labran a manera de las de un
palacio.
El Señor obrará para cuantos depositen su confianza en él. Los
fieles ganarán victorias preciosas, aprenderán lecciones de gran valor
y tendrán experiencias de gran provecho.—
El Discurso Maestro de
Jesucristo, 16, 17
.
La aflicción y la calamidad no indican el desagrado de
Dios
—“Y pasando Jesús, vió un hombre ciego desde su nacimiento.
Y preguntáronle sus discípulos, diciendo: Rabbí, ¿quién pecó, éste o
sus padres, para que naciese ciego? Respondió Jesús: ni éste pecó,
ni sus padres: mas para que las obras de Dios se manifestasen en él”
...
Se creía generalmente entre los judíos que el pecado era casti-
gado en esta vida. Se consideraba que cada aflicción era castigo de
alguna falta cometida por el mismo que sufría o por sus padres. Es
verdad que todo sufrimiento es resultado de la transgresión de la ley
de Dios, pero esta verdad había sido falseada. Satanás, el autor del