Página 221 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Dejar que los torrentes de la caridad corran a raudales
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nos lo confía para que alimentemos a los hambrientos. De su bondad
ha hecho provisión para el pobre. Dice: “Cuando haces comida o
cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni
a vecinos ricos. ... Mas cuando haces banquete, llama a los pobres,
los mancos, los cojos, los ciegos; y serás bienaventurado; porque no
te pueden retribuir; mas te será recompensado en la resurrección de
los justos”.—
El Discurso Maestro de Jesucristo, 91
.
La marca de Dios sobre cada dólar
—Cualquiera sea la can-
tidad de nuestros talentos, ya sean uno, dos o cinco, ni un centavo
de nuestro dinero se debe malgastar en vanidad, orgullo o egoís-
mo. Cada dólar que hemos acumulado está sellado con la imagen y
marca de Dios. Mientras haya hambrientos en el mundo que alimen-
tar, desnudos que vestir, almas que perecen por el pan y agua de la
salvación, cada complacencia innecesaria, cada sobrante de capital,
clama en favor de los pobres y desnudos.—
The Signs of the Times,
20 de junio de 1892
.
Raudales de beneficencia que se secan
—Mientras más gas-
ten las personas en vestidos, menos tendrán para alimentar a los
hambrientos y vestir a los desnudos, y se secarán los raudales de
beneficencia que debieran fluir continuamente. Cada dólar ahorrado
al negarnos a nosotros mismos adornos innecesarios, puede ser dado
a los necesitados o puede ser colocado en la tesorería del Señor para
el sostén del Evangelio, para enviar misioneros a países extranjeros,
para multiplicar las publicaciones que llevan rayos de luz a las almas
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que están en la oscuridad del error. Cada dólar usado innecesaria-
mente priva al que lo gasta de una preciosa oportunidad de hacer el
bien.—
Testimonies for the Church 4:645, 646
.
Dios demanda abnegación
—Dios llama a los jóvenes a que se
priven de adornos innecesarios y prendas de vestir, aunque no les
cuesten sino unas pocas monedas y que coloquen esa cantidad en
la alcancía de la caridad. También llama a los de edad madura a
detenerse cuando examinan un reloj o cadena de oro, o algún mueble
caro y se hagan la pregunta: ¿Sería correcto gastar una suma tan
grande por algo que no nos es necesario, o cuando un artículo más
barato podría servir también a nuestros propósitos? Al restringiros y
levantar la cruz de Jesús, quien por vosotros se hizo pobre, podéis
hacer mucho para aliviar los sufrimientos de los pobres que hay