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El Ministerio de la Bondad
Una alcancía de abnegación en el hogar
—Tenga cada uno
una alcancía de abnegación en su hogar, y cuando piense que deba
gastar peniques y chelines en complacencia propia, recuerde a los
necesitados y hambrientos de Africa y la India y a los que están cerca
de su puerta. Hay pobres entre nosotros. Practicad la economía y en
todo presentad vuestros casos a Dios. Pedidle que os dé el espíritu de
Cristo, para que seáis en el sentido pleno de la palabra discípulos de
Cristo y recibáis su bendición. Al apartaros del culto del yo y al tratar
de aliviar el sufrimiento de la humanidad, orad para que Dios os dé
una verdadera obra misionera que hacer por las almas. Entonces los
que vengan a rendir culto en la casa de Dios verán gente vestida
con atavíos modestos en armonía con la fe y la Palabra de Dios.
Son estas cosas las que roban el amor y la confianza del pueblo de
Dios en su Hacedor, las que echan a perder la experiencia religiosa
y crean un egoísmo que Dios no puede contemplar.—
Manuscrito
52, 1898
.
El segundo diezmo
—A fin de fomentar las reuniones del pueblo
para los servicios religiosos y también para suplir las necesidades de
los pobres, se le pedía a Israel que diera un segundo diezmo de todas
sus ganancias. Con respecto al primer diezmo el Señor había dicho:
“He aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel”.
Números 18:21
. Y acerca del segundo diezmo mandó: “Y comerás
delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para hacer
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habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino, y de tu
aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus ganados, para que
aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días”.
Deuteronomio
14:23
; véase
vers. 29
y
16:11-14
. Durante dos años debían llevar este
diezmo o su equivalente en dinero al sitio donde estaba el santuario.
Después de presentar una ofrenda de agradecimiento a Dios y una
porción específica para el sacerdote, el ofrendante debía usar el
remanente para un festín religioso, en el cual debían participar los
levitas, los extranjeros, los huérfanos y las viudas. ... Pero cada tercer
año este segundo diezmo había de emplearse en casa, para agasajar
a los levitas y a los pobres, como dijo Moisés: “Y comerán en tus
villas, y se saciarán”.
Deuteronomio 26:12
. Este diezmo había de
proveer un fondo para los fines caritativos y hospitalarios.—
Historia
de los Patriarcas y Profetas, 570
.