Capítulo 36—Recursos específicos para la obra de
asistencia social
Los cristianos han de actuar como tesoreros de Dios
—Los
pobres son la heredad de Dios. Cristo ha dado su vida por ellos. El
demanda a aquellos a quienes ha colocado para que actúen como sus
mayordomos que den liberalmente de los medios que les han sido
confiados para aliviar a los pobres y para sostener la obra de Dios
en la tierra. El Señor es rico en recursos. Ha colocado a los hombres
para que actúen como sus tesoreros en este mundo. Lo que él les ha
dado han de usarlo en el servicio de Dios.—
Manuscrito 146, 1903
.
Una ofrenda de agradecimiento para los pobres
—En toda
iglesia debe establecerse un fondo para los pobres. Luego cada
miembro presentará una ofrenda de agradecimiento a Dios cada
semana o cada mes, según resulte más conveniente. Esta ofrenda
expresará nuestra gratitud por los dones de la salud, el alimento y las
ropas cómodas. Y en la medida en que Dios nos bendijo con estas
comodidades, apartaremos recursos para los pobres, los dolientes y
los angustiados. Quisiera llamar especialmente la atención de los
hermanos a este punto. Recordemos a los pobres. Privémonos de
algunos de nuestros lujos; sí, aun de comodidades, y ayudemos a
aquellos que pueden obtener solamente la más escasa alimentación
e indumentaria. Al obrar en su favor, obramos para Jesús en la
persona de sus santos. El se identifica con la humanidad doliente.
No aguardemos hasta que hayan sido satisfechas todas nuestras
necesidades imaginarias. No confiemos en nuestros sentimientos
para dar cuando nos sintamos dispuestos a ello, y retener cuando
no nos inclinemos a dar. Demos regularmente, sea diez, veinte o
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cincuenta centavos por seman
, según lo que quisiéramos ver
anotado en el registro celestial en el día de Dios.—
Joyas de los
Testimonios 2:42
.
Se trata de centavos de dólar que representaban mucho más entonces que ahora, aun
en Estados Unidos.—
Los editores
.
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