222
El Ministerio de la Bondad
la iglesia sino mediante donaciones especiales. El diezmo había de
ser consagrado al Señor y siempre debía ser usado para el sostén
del ministerio. Se debían elegir hombres para sobrevigilar la obra
del cuidado de los pobres, para vigilar la debida distribución de los
[290]
medios de que se disponía, a fin de que ninguno de los creyentes
sufriera por la carencia de lo necesario para la vida.—
Carta 9, 1899
.
Nadie sufriría si se siguieran los planes de Dios
—Después
del reconocimiento de los requerimientos divinos, nada hay que
diferencie tanto las leyes dadas por Moisés de cualesquiera otras
como el espíritu generoso y hospitalario que ordenaban hacia los
pobres. Aunque Dios había prometido bendecir grandemente a su
pueblo, no se proponía que la pobreza fuese totalmente desconocida
entre ellos. Declaró que los pobres no dejarían de existir en la tierra.
Siempre habría entre su pueblo algunos que le darían oportunidad de
ejercer la simpatía, la ternura y la benevolencia. En aquel entonces,
como ahora, las personas estaban expuestas al infortunio, la enfer-
medad y la pérdida de sus propiedades; pero mientras se siguieran
estrictamente las instrucciones dadas por Dios, no habría mendigos
en Israel ni quien sufriera por falta de alimentos.—
Historia de los
Patriarcas y Profetas, 570, 571
.
[291]