Página 251 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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Bendiciones que retornan
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los abatidos, los que están propensos a creer que el camino a la vida
eterna es penoso y difícil. Los tales esfuerzos, unidos a la oración
por la luz divina, harán palpitar sus corazones con la vivificadora
influencia de la gracia de Dios, y sus propios afectos reflejarán más
fervor divino. Toda su vida cristiana será más real, ferviente y llena
de oración.—
Obreros Evangélicos, 208, 209
.
La iglesia es bendecida
—Hagan los miembros de la iglesia
fielmente su parte durante la semana, y relaten sus experiencias
el sábado. La reunión será entonces como alimento a su debido
tiempo, que reportará a todos los presentes nueva vida y renovado
vigor. Cuando el pueblo de Dios vea la gran necesidad que tiene de
trabajar como Cristo trabajaba por la conversión de los pecadores,
los testimonios que dé en los cultos del sábado estarán llenos de
poder. Con gozo darán testimonio de cuán preciosa es la experiencia
que adquirieron trabajando para otros.—
Ibid. 210
.
Nuestras propias gracias ejercitadas
—Si no hubiese habido
en el mundo obstáculos para nuestra tarea, no hubiera sido necesario
desplegar tolerancia, indulgencia, amabilidad, mansedumbre y pa-
ciencia. Cuanto más se ejerciten estas gracias, más se incrementarán
y fortalecerán. Mientras más compartamos nuestro pan temporal
con el hambriento, mientras más a menudo vistamos al desnudo,
visitemos al enfermo y aliviemos al huérfano y a la viuda en sus
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aflicciones, más decididamente comprobaremos las bendiciones de
Dios.—
Manuscrito 64, 1894
.
Por qué son retenidas las bendiciones
—Las bendiciones de
Dios no pueden llegar sobre aquellos que son perezosos en su viña.
Los profesos cristianos que no hacen nada, neutralizan los esfuerzos
de los verdaderos obreros con su influencia y ejemplo. Ellos hacen
que las grandes e importantes verdades que profesan creer, aparezcan
inconsistentes y hacen que no tengan efecto. Ellos desfiguran el
carácter de Cristo. ¿Cómo puede Dios permitir que los torrentes de
su gracia lleguen a las iglesias que en su mayoría están compuestas
por esta clase de miembros? No hay forma de usarlos en la obra
de Dios. ¿Cómo puede el Maestro decir a los tales: “Bien, buen
siervo y fiel ... entra en el gozo de tu Señor”, cuando no son nada
buenos ni leales? Dios no puede decir una mentira. El poder de la
gracia de Dios no puede ser dado en gran medida a las iglesias.
Deshonraría su propio carácter glorioso al permitir que las corrientes