Galardones presentes y eternos
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peligro de su propia vida. Entre los paganos hay quienes adoran a
Dios ignorantemente, quienes no han recibido jamás la luz por un
instrumento humano, y sin embargo no perecerán. Aunque ignoran-
tes de la ley escrita de Dios, oyeron su voz hablarles en la naturaleza
e hicieron las cosas que la ley requería. Sus obras son evidencia de
que el Espíritu de Dios tocó su corazón, y son reconocidos como
hijos de Dios.
¡Cuánto se sorprenderán y alegrarán los humildes de entre las
naciones y entre los paganos, al oír de los labios del Salvador: “En
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cuanto lo hicisteis a uno de éstos mis hermanos pequeñitos, a mí lo
hicisteis”! ¡Cuán alegre se sentirá el corazón del Amor Infinito cuan-
do sus seguidores lo miren con sorpresa y gozo al oír sus palabras
de aprobación!—
El Deseado de Todas las Gentes, 592, 593
.
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