Página 273 - El Ministerio de la Bondad (1977)

Basic HTML Version

Apéndice incidentes personales de Elena G. de White...
269
Algunos de nuestra familia salieron en una misión de caridad
ayer, e hicieron un pequeño comienzo. Recolectaron algunas cosas.
Hay ocho familias que han estado ayudando a todos los que nos
parecía oportuno hacerlo.
Se va a inaugurar una Sociedad Dorcas esta semana, para exa-
minar y refaccionar materiales viejos y nuevos a fin de ayudar a
los necesitados. Los miembros de mi familia y yo hemos hecho
muchas donaciones de dinero y ropa. El esfuerzo que esto representa
para nosotros no ha sido pequeño. No tenemos que ir a buscar a los
necesitados, ellos nos buscan. Nos sentimos obligados a advertir
estas cosas. No podemos ser cristianos y pasarlos de largo y decir:
“Calentaos y hartaos” y no hacer aquellas cosas que los abriguen
y los vistan. El Señor Jesús dice: “A los pobres siempre los tenéis
con vosotros”. Son el legado de Dios para nosotros.—
Manuscrito 4,
1895
.
Ayudando con alimento y ropa
—Nuestra familia ha tenido que
ayudar a los pobres con alimentos y ropa y a las viudas y huérfanos
con dádivas de dinero tanto como alimento y ropa. Esto es parte de
[351]
nuestra obra como cristianos que no podemos descuidar. Cristo dijo:
“A los pobres siempre los tenéis con vosotros” y en esta parte de la
viña del Señor esto es literalmente verdadero. El hacer el bien en
todas sus formas es un deber impuesto a los misioneros del Señor
por las Sagradas Escrituras. Lea
2 Corintios 9
. Como Ud. ve, no sólo
es nuestra obra predicar, sino que cuando vemos a seres humanos
que sufren en el mundo, hemos de ayudarles en sus necesidades
temporales. Así seremos instrumentos en las manos de Dios. ...
Los que se han entregado al Señor se uncirán al yugo con Cristo
y trabajarán en las tareas de Cristo, mirando siempre a Jesús en
procura de sabiduría y juicio correcto para saber cómo proceder.
Muchos mezclan su celo e impulsos naturales con su benevolencia.
Actúan por impulso; dan a aquellos a quienes se sienten impulsados
a dar, y otros, que son igualmente dignos, a semejanza del sacerdote
y el levita, los miran pero no sienten ningún interés particular y se
pasan de largo al otro lado, que es el lado de la indiferencia y del
descuido. En las Sagradas Escrituras se ordena hacer el bien en todas
sus formas, pero se necesitan prudencia y cuidadosa consideración
para saber cómo mostrar misericordia y ayudar a los que realmente
necesitan. La forma que verdaderamente es provechosa para ambas