Página 274 - El Ministerio de la Bondad (1977)

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El Ministerio de la Bondad
partes es ayudarlos para que puedan bastarse a sí mismos; abrir
caminos delante de ellos en lugar de darles dinero; encontrarles algún
trabajo que puedan hacer; manifestar discreción y estar seguros de
que hacemos el uso debido de los medios para que puedan ayudar al
máximo a los pobres del Señor en lo presente y lo futuro.—
Carta
31b, 1895
.
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Trabajo conseguido para familias necesitadas
—Había mu-
chos aquí que eran pobres y necesitados. Hombres que trataban de
servir al Señor y guardar sus mandamientos, no podían dar alimento
a sus familias y nos rogaban que les diéramos algo. Los empleamos y
comían en nuestra mesa. Les dábamos salarios adecuados hasta que
sus familias estaban alimentadas y bien provistas de ropa. Entonces
les permitíamos que fueran a buscar trabajo en otra parte. A algunos
de ellos les proporcionamos un traje de Willie, para que estuvieran
en condiciones de ir a las reuniones sabáticas.—
Carta 33, 1897
.
Proveyendo trabajo, libros y ropa
—Los que aceptan la verdad
en este país son mayormente pobres y les es difícil sostener a sus
familias en el invierno. Desde que escribí lo antedicho, me fué traída
una carta de. ... un hombre que era constructor de coches [tirados por
caballos]. Hace dos años era muy pobre, y le dimos trabajo. Se vió
obligado a dejar a su familia, esposa y cinco hijos, en los suburbios
de Sydney, y vino a Cooranbong, a unos ciento cincuenta kilómetros,
para conseguir trabajo. Antes de esto, trabajó en sociedad con su
hermano, que también es constructor de coches.
Pero cuando aceptó el sábado, perdió su puesto y trabajó por sa-
larios pequeños, hasta que finalmente no pudo conseguir trabajo. Es
un hombre inteligente, refinado, maestro capaz en la escuela sabática
y cristiano sincero. Lo retuvimos mientras tuvimos trabajo que podía
hacer y cuando se fué, humildemente preguntó si podíamos darle
unos pocos libros con la verdad presente, porque no tenía ninguno.
Le di libros por valor de unos seis dólares. También preguntó si
teníamos ropa que ya no usábamos y que pudiéramos darle para que
su esposa la adaptara para sus hijos. Le proporcioné un cajón de
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ropa, por lo que quedó muy agradecido.—
Carta 113, 1397
.
Tal como le fué presentado a ella por el Señor
—¿Por qué no
buscamos los casos de hombres tales como el hermano -----? Es un
caballero cristiano en todo el sentido de la palabra. Es un hombre a