Apéndice incidentes personales de Elena G. de White...
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quien Dios ama. Hombres como él son preciosos a la vista de Dios.
Lo conozco bien.
Me interesé en su caso. ... Me esforcé por anticiparme a sus
necesidades a fin de que nunca tuviera que pedir trabajo. Mientras
estuve en Cooranbong, traté de dar ejemplo de cómo debieran ser
ayudados los necesitados. Traté de trabajar en la forma que me fué
presentada por el Señor.—
Carta 105, 1902
.
Una Sociedad de Beneficencia Dorcas en el hogar de E. G.
de White
—Anoche celebramos una reunión de Dorcas en nuestro
hogar y mis empleadas, que ayudan en la preparación de mis artícu-
los para las revistas, cocinan y cosen, cinco de ellas quedaron en pie
hasta medianoche cortando tela para vestidos. Confeccionaron tres
pares de pantalones para los niños de una familia. Dos máquinas
de coser estuvieron trabajando hasta medianoche. Pienso que nunca
hubo un grupo más feliz de trabajadoras que lo que fueron esas niñas
anoche.
Hicimos un envoltorio de ropa para esta familia y pensamos
que era aproximadamente todo lo que podíamos hacer. La hermana
C. ahora está en esta tarea de misericordia para esta pobre familia,
preparando ropas con el material que le ha sido dado. También hay
otras familias a las que hay que ayudar.
Y ahora viene otro pedido, y debemos ayudarles con ropa para
el invierno. Así ha sido siempre desde que vinimos a este país.
Seguramente que prestaremos atención al pedido de mandar un
cajón de ropa para estos necesitados. Tan sólo le cuento estas cosas
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para que Ud. pueda saber que estamos rodeados de pobreza. La
esposa de este pescador ha de ser bautizada el próximo sábado. Se
predica el Evangelio a los pobres. La gente de esta localidad tiene
muy poco de los bienes de este mundo.—
Carta 113, 1897
.
Ayudando a los enfermos y desvalidos
—Los enfermos piden
ayuda, y se la proporcionamos. La hermana McEnterfer, mi ayudante
y enfermera, es llamada desde kilómetros a la redonda para recetar
y dar tratamiento. Ha tenido un éxito asombroso. No hay médico
en Cooranbong, pero construiremos un hospital o sanatorio pronto,
donde se pueda llevar a los enfermos para que los atiendan. En
lo pasado los hemos traído a nuestro propio hogar y los hemos
atendido, pues no podemos permitir que los seres humanos sufran
sin que hagamos algo para aliviarlos. ...