Página 37 - El Ministerio de la Bondad (1977)

Basic HTML Version

La verdadera religión
33
necesitados, los huérfanos y las viudas, son frutos genuinos y crecen
naturalmente en un buen árbol.—
Testimonies for the Church 2:24
.
[43]
¿Somos los hijos de Dios?
—No es el servicio caprichoso lo
que Dios acepta; no son los espasmos emotivos de piedad los que
nos hacen hijos de Dios. El demanda que trabajemos movidos por
principios verdaderos, firmes y permanentes. Si Cristo se forma en
lo íntimo, la esperanza de gloria, él se revelará en el carácter, que
será semejante a Cristo. Hemos de representar a Cristo al mundo,
como Cristo representó al Padre.—
The Review and Herald, 11 de
enero de 1898
.
Debemos mostrar el calor y la cordialidad cristianos, no como
si estuviéramos haciendo algo maravilloso, sino tan sólo lo que
esperaríamos que hiciera cualquier cristiano verdadero en nuestro
caso, si estuviera colocado en circunstancias similares.—
Carta 68,
1898
.
No nos cansemos en el bien hacer
—Muchas veces nuestros
esfuerzos para otros pueden no ser tomados en cuenta e induda-
blemente se pierden. Pero esto no debiera ser una excusa para que
lleguemos a cansarnos en hacer el bien. ¡Con cuánta frecuencia
ha venido Jesús a buscar fruto en las plantas que él cuida y no ha
encontrado sino hojas! Quizá nos desanimemos por los resultados
de nuestros mejores esfuerzos, pero esto no debiera inducirnos a ser
indiferentes ante los ayes de otros y no hacer nada. “Maldecid a Me-
roz, dijo el ángel de Jehová: maldecid severamente a sus moradores,
porque no vinieron en socorro a Jehová, en socorro a Jehová contra
los fuertes”.—
Testimonies for the Church 3:525
.
Al hacer para otros estamos haciendo para Cristo
—Por lo
que me ha sido mostrado, los observadores del sábado se están
volviendo más egoístas a medida que aumentan sus riquezas. Dismi-
nuye su amor por Cristo y su pueblo. No ven las necesidades de los
desvalidos ni sienten sus sufrimientos ni dolores. No se dan cuenta
[44]
de que al descuidar al pobre y al doliente, descuidan a Cristo y que
al aliviar las necesidades y sufrimientos de los pobres hasta donde
les sea posible, ministran a Jesús. ...
“Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus
ángeles: Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y
no me disteis de beber; fuí huésped, y no me recogisteis; desnudo,