Página 133 - El Ministerio de Curacion (1959)

Basic HTML Version

Asistencia a los desvalidos sin trabajo ni hogar
129
pobres a guisar, a hacerse su propia ropa y a remendarla, a cuidar a
los enfermos y atender debidamente a sus casas. Enséñeseles a los
muchachos y a las jóvenes algún oficio o trabajo útil.
Familias misioneras
Necesítanse familias de misioneros que vayan a establecerse en
regiones desoladas. Vayan a ocupar regiones desatendidas buenos
agricultores, hombres de finanzas, constructores y personas aptas en
las varias artes y oficios, para mejorar las condiciones de aquellas
tierras, implantar industrias, prepararse humildes viviendas y ayudar
a sus vecinos.
Dios ha hecho atractivos los lugares más ásperos de la naturaleza
y los más desiertos, dotándolos de bellezas en medio de las cosas
repulsivas. Así también debemos obrar. Aun los desiertos de la tierra,
cuyo aspecto es poco halagüeño, pueden transformarse en jardín de
Dios.
“Y en aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro,
y los ojos de los ciegos verán en medio de la obscuridad y de
las tinieblas.
Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová,
y los pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.”
Isaías 29:18, 19.
[147]
Muchas veces, mediante la instrucción en las cosas prácticas,
podemos prestar a los pobres eficacísima ayuda. Por regla general,
los que no han aprendido a trabajar no tienen hábitos de diligencia,
perseverancia, economía y generosidad. No saben cómo componér-
selas. A menudo, por falta de atención y de sano juicio, derrochan lo
que bastaría para mantener a sus familias con decencia y comodidad
si lo aprovecharan con cuidado y economía. “En el barbecho de los
pobres hay mucho pan: mas piérdese por falta de juicio.”
Proverbios
13:23
.
Podemos socorrer perjudicialmente a los pobres si les enseñamos
a depender de los demás, pues la limosna fomenta el egoísmo y
la incapacidad, y suele llevar a la pereza, a la prodigalidad y a la
intemperancia. Nadie que pueda ganarse el sustento tiene derecho a