Página 135 - El Ministerio de Curacion (1959)

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Asistencia a los desvalidos sin trabajo ni hogar
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Esperanza y valor
Nada podemos hacer sin valor ni perseverancia. Decid palabras
de esperanza y de ánimo a los pobres y a los desalentados. Si es
necesario, dadles pruebas tangibles de vuestro interés, ayudándoles
cuando pasan algún apuro. Quienes gozan de muchas ventajas deben
tener presente que ellos mismos todavía yerran en muchas cosas, y
les duele que se les señale sus propios yerros y se les presente un
hermoso modelo de lo que debieran ser. Recordad que la bondad
puede más que la censura. Al procurar enseñar a otros, hacedles ver
que deseáis que alcancen el nivel más elevado y queréis ayudarles.
Si en algo tropiezan, no os apresuréis a condenarlos.
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Las lecciones esenciales de sencillez, desprendimiento y econo-
mía que los pobres deben aprender, les resultan a veces difíciles y
enojosas. El ejemplo y espíritu del mundo despiertan y fomentan
continuamente el orgullo, el amor de la ostentación, la sensualidad,
la prodigalidad y la pereza. Estos males llevan a miles a la miseria,
e impiden a otros miles que salgan de la degradación y la desdi-
cha. Tócales a los cristianos alentar a los pobres a resistir estas
influencias.
Jesús vino a este mundo en humildad. Era de familia pobre.
La Majestad de los cielos, el Rey de gloria, el Jefe de las huestes
angélicas, se rebajó hasta aceptar la humanidad y escogió una vida
de pobreza y humillación. No tuvo oportunidades que no tengan
los pobres. El trabajo rudo, las penurias y privaciones eran parte de
su suerte diaria. “Las zorras tienen cuevas—decía,—y las aves de
los cielos nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recline la
cabeza.”
Lucas 9:58
.
El ejemplo de Jesús
Jesús no buscó la admiración ni los aplausos de los hombres. No
mandó ejército alguno. No gobernó reino terrenal alguno. No corrió
tras los favores de los ricos y de aquellos a quienes el mundo honra.
No procuró figurar entre los caudillos de la nación. Vivió entre la
gente humilde. No tuvo en cuenta las distinciones artificiosas de la
sociedad. Desdeñó la aristocracia de nacimiento, fortuna, talento,
instrucción y categoría social.