Página 141 - El Ministerio de Curacion (1959)

Basic HTML Version

El pobre desvalido
137
niño se desarrollará mejor en la atmósfera de amor de un hogar
cristiano.
Muchos que no tienen hijos, harían una buena obra si se encarga-
ran de los hijos de otros. En vez de cuidar de animalitos y dedicarles
nuestros afectos, atendamos más bien a los pequeñuelos, cuyo carác-
ter puede formarse según la imagen divina. Demos nuestro amor a
los miembros desamparados de la familia humana. Veamos a cuán-
tos de estos niños podemos educar en la disciplina y la amonestación
del Señor. Muchos son los que al obrar así recibirían gran beneficio
ellos mismos.
Los ancianos
Los ancianos necesitan también sentir la benéfica influencia de
la familia. En el hogar de hermanos y hermanas en Cristo es donde
mejor puede mitigarse la pérdida de los suyos. Si se les anima a
tomar parte en los intereses y ocupaciones de la casa, se les ayudará
a sentir que aún conservan su utilidad. Hacedles sentir que se aprecia
su ayuda, que aún les queda algo que hacer en cuanto a servir a los
demás, y esto les alegrará el corazón e infundirá interés a su vida.
En cuanto sea posible, haced que permanezcan entre amigos
y asociaciones familiares aquellos cuyas canas y pasos vacilantes
muestran que van acercándose a la tumba. Unanse en los cultos con
[156]
quienes han conocido y amado. Sean atendidos por manos amorosas
y tiernas.
Siempre que sea posible, debe ser privilegio de los miembros
de cada familia atender a los suyos. Cuando esto no puede hacerse,
tócale a la iglesia hacerlo, y ella debe considerarlo como privilegio y
obligación. Todo el que tiene el espíritu de Cristo mirará con ternura
a los débiles y los ancianos.
La presencia en nuestras casas de uno de estos desamparados es
una preciosa oportunidad para cooperar con Cristo en su ministerio
de gracia y para desarrollar rasgos de carácter como los suyos. Hay
bendición en la asociación de ancianos y jóvenes. Estos últimos
pueden llevar rayos de sol al corazón y la vida de los ancianos.
Quienes van desprendiéndose de la vida necesitan del beneficio
resultante del trato con la juventud llena de esperanza y ánimo.
Los jóvenes también pueden obtener ayuda de la sabiduría y la