Página 168 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El Ministerio de Curacion
modificarse, que se pueden transmitir impulsos saludables y que es
posible capacitar a los pacientes para resistir y vencer la enfermedad.
Este método de curación ha sido empleado por personas que
desconocían su verdadera naturaleza y tendencia, y que lo creían útil
al enfermo. Pero la así llamada ciencia está fundada en principios
falsos. Es ajena a la naturaleza y al espíritu de Cristo. No conduce
hacia Aquel que es vida y salvación. El que atrae a las mentes hacia
sí las induce a separarse de la verdadera Fuente de su fuerza.
No es propósito de Dios que ser humano alguno someta su mente
y su voluntad al gobierno de otro para llegar a ser instrumento pasivo
en sus manos. Nadie debe sumergir su individualidad en la de otro.
Nadie debe considerar a ser humano alguno como fuente de curación.
Sólo debe depender de Dios. En su dignidad varonil, concedida por
Dios, debe dejarse dirigir por Dios mismo, y no por entidad humana
alguna.
Dios quiere poner a los hombres en relación directa consigo
mismo. En todo su trato con los seres humanos reconoce el principio
de la responsabilidad personal. Procura fomentar el sentimiento de
dependencia personal, y hacer sentir la necesidad de la dirección
personal. Desea asociar lo humano con lo divino, para que los hom-
bres se transformen en la imagen divina. Satanás procura frustrar
este propósito, y se esfuerza en alentar a los hombres a depender
de los hombres. Cuando las mentes se desvían de Dios, el tentador
puede someterlas a su gobierno, y dominar a la humanidad.
La teoría del gobierno de una mente por otra fué ideada por
Satanás, para intervenir como artífice principal y colocar la filosofía
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humana en el lugar que debería ocupar la filosofía divina. De todos
los errores aceptados entre los profesos cristianos, ninguno constitu-
ye un engaño más peligroso ni más eficaz para apartar al hombre de
Dios. Por muy inofensivo que parezca, si se aplica a los pacientes,
tiende a destruirlos y no a restaurarlos. Abre una puerta por donde
Satanás entrará a tomar posesión tanto de la mente sometida a la
dirección de otra mente como de la que se arroga esta dirección.
Temible es el poder que así se da a hombres y mujeres mal
intencionados. ¡Cuántas oportunidades proporciona a los que vi-
ven explotando la flaqueza o las locuras ajenas! ¡Cuántos hay, que,
merced al dominio que ejercen sobre mentes débiles o enfermizas,