Página 190 - El Ministerio de Curacion (1959)

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La higiene entre los israelitas
En la enseñanza que Dios dió a Israel, la conservación de la salud
fué objeto de particular cuidado. El pueblo que había salido de la
esclavitud contagiado por los hábitos de desaseo contrarios a la salud,
que aquélla suele engendrar, recibió la más estricta educación en el
desierto antes de entrar en Canaán. Se le enseñaron los principios de
la higiene y se le sometió a leyes sanitarias.
Prevención de la enfermedad
No sólo en su servicio religioso, sino en todos los asuntos de
la vida diaria observaban los israelitas la distinción entre lo puro y
lo impuro. Todo aquel que tuviese algo que ver con enfermedades
contagiosas e infecciosas quedaba aislado del campamento y no se
le permitía volver sin previa purificación de su persona y su ropa.
En caso de enfermedad infecciosa, se había de hacer lo siguiente:
“Toda cama en que se acostare [el enfermo] ... será inmunda; y
toda cosa sobre que se sentare, inmunda será. Y cualquiera que tocare
a su cama, lavará sus vestidos; lavaráse también a sí mismo con agua,
y será inmundo hasta la tarde. Y el que se sentare sobre aquello en
que se hubiere sentado ... lavará sus vestidos, se lavará también a sí
mismo con agua, y será inmundo hasta la tarde. Asimismo el que
tocare la carne del [enfermo] ... lavará sus vestidos, y a sí mismo se
lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde. ... Y cualquiera que
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tocare cualquiera cosa que haya estado debajo de él, será inmundo
hasta la tarde; y el que la llevare lavará sus vestidos, y después de
lavarse con agua, será inmundo hasta la tarde. Y todo aquel a quien
tocare ... y no lavare con agua sus manos, lavará sus vestidos, y a sí
mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde. Y la vasija
de barro en que tocare ... será quebrada; y toda vasija de madera será
lavada con agua.”
Levítico 15:4-12
.
La ley respecto a la lepra es otra demostracion del esmero con
que debían cumplirse estas leyes:
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