Página 206 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El Ministerio de Curacion
mal y a la grasa. Es laxante. Su uso beneficiará a los enfermos de
consunción y podrá curar o aliviar las inflamaciones del estómago.
Las personas acostumbradas a un régimen fuerte y muy estimu-
lante tienen el gusto pervertido y no pueden apreciar de buenas a
primeras un alimento sencillo. Se necesita tiempo para normalizar
el gusto y para que el estómago se reponga del abuso. Pero los que
perseveren en el uso de alimentos sanos, los encontrarán sabrosos
al cabo de algún tiempo. Podrán apreciar su sabor delicado y los
comerán con deleite, en preferencia a las golosinas malsanas. Y el
estómago, en condición de salud, es decir, ni febril ni recargado,
desempeñará fácilmente su tarea.
Para conservar la salud, se necesita una cantidad suficiente de
alimento sano y nutritivo. Si procedemos con prudencia, podremos
conseguir en casi cualquier país la clase de alimentos que más fa-
vorece a la salud. Las variadas preparaciones de arroz, trigo, maíz
y avena, como también las judías, porotos o fréjoles, guisantes y
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lentejas se exportan hoy a todas partes. Estos alimentos, junto con
las frutas indígenas o importadas, y con la variedad de verduras
propias de cada país, facilitarán la elección y la composición de
comidas, sin necesidad de carnes.
En cualquier parte en que abunde la fruta, hay que conservar
abundantes cantidades para el invierno, ya en frascos o latas, ya
desecadas. Pueden cultivarse con ventaja frutas menudas, como
grosellas, fresas, frambuesas, zarzamoras, etc., en los países en que
este cultivo es escaso o descuidado.
Para la conservación de frutas en la casa, los envases de vidrio
convienen más que las latas. Es de todo punto indispensable que la
fruta que se ha de conservar esté en buenas condiciones. Usese poco
azúcar, y no se cueza la fruta más del tiempo indispensable para
su conservación. Así preparada, la conserva de fruta es excelente
substituto de la fruta fresca.
Donde las frutas desecadas, como uvas pasas, ciruelas, manzanas,
peras, melocotones y albaricoques o damascos, puedan obtenerse a
precios moderados, se verá que pueden emplearse como alimentos
de consumo corriente mucho más de lo que se acostumbra, y con
los mejores resultados para la salud y el vigor de todas las clases de
personas activas.