Página 245 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El ministerio del hogar
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del amor de Cristo. Si nos interesáramos por los jóvenes, invitán-
dolos a nuestras casas y rodeándolos de influencias alentadoras y
provechosas, serían muchos los que de buena gana dirigirían sus
pasos por el camino ascendente.
El tiempo de que disponemos es corto. Sólo una vez podemos
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pasar por este mundo; saquemos, pues, al hacerlo, el mejor provecho
de nuestra vida. La tarea a la cual se nos llama no requiere riquezas,
posición social ni gran capacidad. Lo que sí requiere es un espíritu
bondadoso y abnegado y firmeza de propósito. Una luz, por pequeña
que sea, si arde siempre, puede servir para encender otras muchas.
Nuestra esfera de influencia, nuestras capacidades, oportunidades
y adquisiciones podrán parecer limitadas; y sin embargo tenemos
posibilidades maravillosas si aprovechamos fielmente las oportu-
nidades que nos brindan nuestros hogares. Si tan sólo queremos
abrir nuestros corazones y nuestras casas a los divinos principios
de la vida, llegaremos a ser canales por los que fluyan corrientes de
fuerza vivificante. De nuestros hogares saldrán ríos de sanidad, que
llevarán vida, belleza y feracidad donde hoy por hoy todo es aridez
y desolación.
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