Página 300 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El Ministerio de Curacion
“Prenderán al impío sus propias iniquidades,
y detenido será con las cuerdas de su pecado.”
Proverbios 30:5, 6;
5:22.
Escudriñar los misterios divinos
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios: mas las
reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre.”
Deu-
teronomio 29:29
. La revelación que de sí mismo dejó Dios en su
Palabra es para nuestro estudio, y podemos procurar entenderla. Pero
más allá de ella no debemos penetrar. El hombre más inteligente
podrá devanarse los sesos en conjeturas respecto a la naturaleza de
Dios, pero semejante esfuerzo será estéril. No nos incumbe resol-
ver este problema. No hay mente humana capaz de comprender a
Dios. Nadie debe permitirse entrar en especulaciones respecto a la
naturaleza de Dios. Aquí el silencio es elocuencia. El Omnisciente
trasciende toda discusión.
Ni aun los ángeles pudieron participar en los consejos habidos
entre el Padre y el Hijo al trazarse el plan de la salvación. Y los
seres humanos no deben inmiscuirse en los secretos del Altísimo.
Somos respecto de Dios tan ignorantes como niños; pero, como
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niños también, podemos amarle y obedecerle. En vez de entregarnos
a cavilaciones respecto de la naturaleza y las prerrogativas de Dios,
prestemos atención a las palabras que él mismo pronunció:
“¿Alcanzarás tú el rastro de Dios?
¿llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?
Es más alto que los cielos: ¿qué harás?
Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?
Su dimensión es más larga que la tierra,
y más ancha que la mar.”
“¿Dónde se hallará la sabiduría?
¿y dónde está el lugar de la prudencia?
No conoce su valor el hombre,
ni se halla en la tierra de los vivientes.
El abismo dice: No está en mí: