Ayuda en la vida cotidiana
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peranza y fué capacitado para la mayor obra que fuera encomendada
jamás a hombre alguno.
De él fué escrito: “Y nunca más se levantó profeta en Israel como
Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara.”
Deuteronomio
34:10
.
Quienes piensan que su trabajo no es apreciado y ansían un pues-
to de mayor responsabilidad, deben considerar que “ni de oriente,
ni de occidente, ni del desierto viene el ensalzamiento. Mas Dios es
el juez: a éste abate, y a aquél ensalza.”
Salmos 75:6, 7
. Todo hom-
bre tiene su lugar en el eterno plan del Cielo. El que lo ocupemos
depende de nuestra fidelidad en colaborar con Dios. Necesitamos
desconfiar de la compasión propia. Jamás os permitáis sentir que no
se os aprecia debidamente ni se tienen en cuenta vuestros esfuerzos,
o que vuestro trabajo es demasiado difícil. Toda murmuración sea
acallada por el recuerdo de lo que Cristo sufrió por nosotros. Recibi-
mos mejor trato que el que recibió nuestro Señor. “¿Y tú buscas para
ti grandezas? No busques.”
Jeremías 45:5
. El Señor no tiene lugar
en su obra para los que sienten mayor deseo de ganar la corona que
de llevar la cruz. Necesita hombres que piensen más en cumplir su
deber que en recibir la recompensa; hombres más solícitos por los
principios que por su propio progreso.
Los que son humildes y desempeñan su trabajo como para Dios,
no aparentan quizás tanto como los presuntuosos y bulliciosos; pero
su obra es más valiosa. Muchas veces los jactanciosos llaman la
atención sobre sí mismos, y se interponen entre el pueblo y Dios,
pero su obra fracasa. “Sabiduría ante todo: adquiere sabiduría: y
ante toda tu posesión adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella
te engrandecerá: ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado.”
Proverbios 4:7, 8
.
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Por no haberse resuelto a reformarse, muchos se obstinan en
una conducta errónea. Pero no debe ser así. Pueden cultivar sus
facultades para prestar el mejor servicio, y entonces siempre se les
pedirá su cooperación. Se les apreciará en un todo por lo que valgan.
Si hay quienes tengan aptitud para un puesto superior, el Señor
se lo hará sentir, y no sólo a ellos, sino a los que los hayan probado
y, conociendo su mérito, puedan alentarlos comprensivamente a
seguir adelante. Los que cumplen día tras día la obra que les fué