Página 38 - El Ministerio de Curacion (1959)

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El Ministerio de Curacion
contacto con las necesidades humanas, para buscar retiro y comunión
no interrumpida con su Padre. Al marcharse la muchedumbre que le
había seguido, se fué él al monte, y allí, a solas con Dios, derramó su
alma en oración por aquellos dolientes, pecaminosos y necesitados.
Al decir Jesús a sus discípulos que la mies era mucha y pocos
los obreros, no insistió en que trabajaran sin descanso, sino que
les mandó: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a
su mies.”
Mateo 9:38
. Y hoy también el Señor dice a sus obreros
fatigados lo que dijera a sus primeros discípulos: “Venid vosotros
aparte, ... y reposad un poco.”
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[Todos los que están en la escuela de Dios necesitan de una
hora tranquila para la meditación, a solas consigo mismos, con la
naturaleza y con Dios.] En ellos tiene que manifestarse una vida que
en nada se armoniza con el mundo, sus costumbres o sus prácticas;
necesitan, pues, experiencia personal para adquirir el conocimiento
de la voluntad de Dios. Cada uno de nosotros ha de oír la voz de
Dios hablar a su corazón. Cuando toda otra voz calla, y tranquilos
en su presencia esperamos, el silencio del alma hace más perceptible
la voz de Dios. El nos dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy
Dios.”
Salmos 46:10
. Esta es la preparación eficaz para toda labor
para Dios. En medio de la presurosa muchedumbre y de las intensas
actividades de la vida, el que así se refrigera se verá envuelto en
un ambiente de luz y paz. Recibirá nuevo caudal de fuerza física y
mental. Su vida exhalará fragancia y dará prueba de un poder divino
que alcanzará a los corazones de los hombres.
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