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El Ministerio de Curacion
Los remedios naturales
El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un
régimen alimenticio conveniente, el agua y la confianza en el poder
divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los
agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicar-
los. Es de suma importancia darse cuenta exacta de los principios
implicados en el tratamiento de los enfermos, y recibir una instruc-
ción práctica que le habilite a uno para hacer uso correcto de estos
conocimientos.
El empleo de los remedios naturales requiere más cuidados y
esfuerzos de lo que muchos quieren prestar. El proceso natural
de curación y reconstitución es gradual y les parece lento a los
impacientes. El renunciar a la satisfacción dañina de los apetitos
impone sacrificios. Pero al fin se verá que, si no se le pone trabas,
la naturaleza desempeña su obra con acierto y los que perseveren
en la obediencia a sus leyes encontrarán recompensa en la salud del
cuerpo y del espíritu.
Muy escasa atención se suele dar a la conservación de la salud.
Es mucho mejor prevenir la enfermedad que saber tratarla una vez
contraída. Es deber de toda persona, para su propio bien y el de la
humanidad, conocer las leyes de la vida y obedecerlas con toda con-
ciencia. Todos necesitan conocer el organismo más maravilloso: el
cuerpo humano. Deberían comprender las funciones de los diversos
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órganos y como éstos dependen unos de otros para que todos actúen
con salud. Deberían estudiar la influencia de la mente en el cuerpo,
la del cuerpo en la mente, y las leyes que los rigen.
No se nos recordará demasiado que la salud no depende del
azar. Es resultado de la obediencia a la ley. Así lo reconocen quienes
participan en deportes atléticos y pruebas de fuerza, pues se preparan
con todo esmero y se someten a un adiestramiento cabal y a una
disciplina severa. Todo hábito físico queda regularizado con el mayor
cuidado. Bien saben que el descuido, el exceso, o la indolencia, que
debilitaran o paralizaran algún órgano o alguna función del cuerpo,
provocarían la derrota.