Página 92 - El Ministerio de Curacion (1959)

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Enseñar y curar
Cuando Cristo envió a los doce discípulos para que hicieran su
primera gira de evangelización, les encargó lo siguiente: “Yendo,
predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad en-
fermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios:
de gracia recibisteis, dad de gracia.”
Mateo 10:7, 8
.
A los setenta que mandó más tarde, les dijo: “En cualquier
ciudad donde entrareis, y os recibieren, ... sanad los enfermos que en
ella hubiere, y decidles: Se ha llegado a vosotros el reino de Dios.”
Lucas 10:8, 9
. La presencia y el poder de Cristo los acompañaron,
“y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios
se nos sujetan en tu nombre.”
Lucas 10:17
.
Después de la ascensión de Cristo, esta obra siguió adelante.
Repitiéronse las escenas del ministerio de Jesús. “Aun de las ciu-
dades vecinas concurría multitud a Jerusalem, trayendo enfermos y
atormentados de espíritus inmundos; los cuales todos eran curados.”
Hechos 5:16
.
La obra de los discípulos
Y los discípulos “saliendo, predicaron en todas partes, obrando
con ellos el Señor.”
Marcos 16:20
. “Felipe, descendiendo a la ciudad
de Samaria, les predicaba a Cristo. Y las gentes escuchaban aten-
tamente unánimes las cosas que decía Felipe.... Porque de muchos
que tenían espíritus inmundos, salían éstos, ... y muchos paralíticos
y cojos eran sanados: así que había gran gozo en aquella ciudad.”
Hechos 8:5-8
.
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Lucas, autor del Evangelio que lleva su nombre, era misionero
médico. En las Escrituras se le llama “el médico amado.”
Colosen-
ses 4:14
. El apóstol Pablo oyó hablar de su pericia en la ciencia
médica, y solicitó sus servicios por considerar que el Señor le había
encomendado una obra especial. Se aseguró su cooperación, y por
algún tiempo Lucas acompañó al apóstol en sus viajes. Más tarde,
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