Magnifica al Señor, 7 de abril
Digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido.
Salmos 40:16
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Como testigos de Cristo, debemos decir lo que sabemos, lo que nosotros
mismos hemos visto, oído y palpado. Si hemos estado siguiendo a Jesús
paso a paso, tendremos algo oportuno que decir acerca de la manera en que
nos ha conducido. Podemos explicar cómo hemos probado su promesa y la
hemos hallado veraz. Podemos dar testimonio de lo que hemos conocido
acerca de la gracia de Cristo. Este es el testimonio que nuestro Señor pide y
por falta del cual el mundo perece.—
El Deseado de Todas las Gentes, 307
.
Dios desea que toda familia que se está preparando para habitar en
las mansiones celestes, le dé gloria por los ricos tesoros de su gracia.
Si los niños, en la vida de hogar, fueran educados y preparados para ser
agradecidos al Dador de todo bien, veríamos manifestarse la gracia celestial
en nuestras familias. Se vería alegría en la vida de hogar, y al proceder
de tales hogares, los jóvenes llevarán con ellos un espíritu de respeto y
reverencia al aula y a la iglesia...
Toda bendición temporal será recibida con gratitud, y toda bendición
espiritual llegará a ser doblemente preciosa debido a que la percepción
de tal miembro del hogar se ha santificado por la Palabra de verdad. El
Señor Jesús está muy cerca de aquellos que aprecian de ese modo sus
dones de gracia, que descubren el origen de todos sus bienes en un Dios
benevolente, amante y cuidadoso, y que reconocen en él a la gran Fuente
de toda consolación, la vertiente inagotable de la gracia.—
Hijos e Hijas de
Dios, 124
.
El verdadero cristiano dará a Dios el primer lugar, el último y el mejor
en todo. Ningún motivo ambicioso enfriará su amor hacia Dios, sino que
con perseverancia y firmeza honrará a su Padre celestial. Cuando exaltamos
fielmente el nombre de Dios, nuestros impulsos están bajo la dirección
divina y somos capacitados para desarrollar poder espiritual e intelectual.—
La Historia de Profetas y Reyes, 50
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