Fortalecer y animar, 15 de abril
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:13
.
El Señor tiene en reserva las más preciosas exhibiciones de su gracia
para fortalecer y animar a los obreros sinceros y humildes.—
Testimonies
for the Church 6:413
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Los discípulos de Cristo tenían un profundo sentimiento de su propia
falta de eficiencia, y con humillación y oración unían su debilidad a la fuerza
de Cristo, su ignorancia a la sabiduría de él, su indignidad a la justicia de
él, su pobreza a la inagotable riqueza de él. Fortalecidos y equipados así,
no vacilaron en avanzar en el servicio del Señor.—
Los Hechos de los
Apóstoles, 47
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Todo lo que el hombre tiene se lo ha dado Dios, y el que aprovecha su
capacidad para gloria del Señor, será instrumento que haga bien; pero nos es
tan imposible vivir una vida piadosa sin orar constantemente y cumplir los
deberes religiosos, como lo sería obtener fuerzas físicas sin ingerir alimento
temporal. Debemos sentarnos diariamente a la mesa de Dios. Debemos
recibir fuerza de la Vid viviente si queremos nutrirnos...
Hermanos, os ruego que obréis con el sincero deseo de glorificar a
Dios. Depended de su poder; sea su gracia vuestra fuerza. Por el estudio
de las Escrituras y la oración ferviente, tratad de obtener un claro concepto
de vuestro deber y luego cumplidlo fielmente. Es esencial que cultivéis
la fidelidad en las cosas pequeñas, y al hacerlo adquiriréis costumbres de
integridad en las responsabilidades mayores... Cada acontecimiento de la
vida es grande para bien o para mal. La mente necesita ser educada por
las pruebas diarias, a fin de que adquiera fuerza para resistir en cualquier
situación difícil. En los días de prueba y peligro, necesitaréis ser fortale-
cidos para permanecer firmes de parte de lo recto, independientes de toda
influencia opositora.—
Joyas de los Testimonios 1:580, 581
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Cristo consiente en llevar nuestras cargas sólo cuando confiamos en él.
El dice: “Venid a mí todos los que estáis cargados; dadme vuestra carga;
confiad en que puedo hacer lo que resulta imposible para el instrumento
humano”. Confiemos en él.—
Testimonies for the Church 7:297, 298
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