Para dar vida al alma, 21 de abril
El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que
el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para
vida eterna.
Juan 4:14
.
El que trate de aplacar su sed en las fuentes de este mundo, bebe tan
sólo para tener sed otra vez. Por todas partes hay hombres que no están
satisfechos. Anhelan algo que supla la necesidad del alma. Un solo Ser
puede satisfacer esta necesidad. Lo que el mundo necesita, “el Deseado de
todas las gentes”, es Cristo. La gracia divina, que él solo puede impartir, es
como agua viva que purifica, refrigera y vigoriza al alma.
Jesús no quiso dar a entender que un solo sorbo del agua de la vida
bastaba para el que la recibiera. El que prueba el amor de Cristo, lo deseará
en mayor medida de continuo; pero no buscará otra cosa. Las riquezas, los
honores y los placeres del mundo, no le atraen más. El constante clamor de
su corazón es: “Más de ti”. Y el que revela al alma su necesidad, aguarda
para satisfacer su hambre y sed. Todo recurso en que confíen los seres
humanos, fracasará. Las cisternas se vaciarán, los estanques se secarán;
pero nuestro Redentor es el manantial inagotable. Podemos beber y volver
a beber, y siempre hallar una provisión de agua fresca. Aquel en quien
Cristo mora, tiene en sí la fuente de bendición... De este manantial puede
sacar fuerza y gracia suficientes para todas sus necesidades.—
El Deseado
de Todas las Gentes, 157
.
El agua a la cual se refiere Cristo es la revelación de su gracia en su
Palabra... La presencia de Cristo, llena de gracia, en su Palabra, le habla
constantemente al alma, presentándolo como una fuente de agua viva que
refrigera al sediento. Es nuestro privilegio tener un Salvador viviente que
siempre está con nosotros. Es la fuente de poder espiritual implantada
dentro de nosotros, y su influencia se manifestará en palabras y en actos,
refrigerando a todos los que están dentro del ámbito de nuestro influjo,
generando en ellos el deseo y la aspiración de poseer fortaleza y pureza,
santidad y paz, y ese gozo que no produce pesar. Este será el resultado si el
Salvador mora en nosotros.—
The S.D.A. Bible Commentary 5:1134
.
[120]
120