Página 161 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Cristo, el mediador, 26 de mayo
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del
verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por
nosotros ante Dios.
Hebreos 9:24
.
El pecado de Adán y Eva produjo una horrenda separación entre Dios y
el hombre. Y Cristo se interpone entre el hombre caído y Dios y le dice al
hombre: “Todavía puedes venir al Padre; se ha trazado un plan mediante
el cual Dios puede reconciliarse con el hombre y el hombre con Dios;
mediante un mediador puedes aproximarte a Dios”. Y ahora está de pie para
mediar en tu favor. Es el gran Sumo Sacerdote que está implorando en favor
tuyo; y tú debes venir y presentar tu caso al Padre por medio de Jesucristo.
Así puedes encontrar acceso a Dios.—
Testimonies for the Church 2:591
.
Se representa a Cristo Jesús continuamente de pie junto al altar, en el
momento de ofrecer el sacrificio por los pecados del mundo. Es sacerdote
del verdadero tabernáculo que Dios levantó y no el hombre. Las sombras
típicas del tabernáculo judío no tienen más virtud alguna. No se debe
efectuar más la típica expiación diaria y anual, pero el sacrificio expiatorio
por medio de un mediador es esencial debido a la constante comisión de
pecados. Jesús oficia en presencia de Dios, ofreciendo su sangre derramada,
como si fuera un cordero inmolado...
Los servicios religiosos, las oraciones, la alabanza, la confesión peni-
tente del pecado ascienden desde los verdaderos creyentes como incienso
al santuario celestial; pero al pasar a través de los corruptos canales de la
humanidad, se contaminan de tal modo que a menos que sean purificados
por sangre, jamás podrán ser de valor para Dios... Todo el incienso de los
tabernáculos terrenales debe ser humedecido con las gotas purificadoras
de la sangre de Cristo. Sostiene ante el Padre el incensario de sus propios
méritos en el cual no hay la menor traza de corrupción terrena. Reúne en
este incensario las oraciones, la alabanza y las confesiones de su pueblo, y
une a ellos su propia justicia inmaculada. Entonces, con el perfume de los
méritos de la propiciación de Cristo, el incienso asciende a Dios plenamente
aceptable.—
The S.D.A. Bible Commentary 6:1077, 1078
.
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