Página 163 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

Basic HTML Version

El pacto y el sábado, 28 de mayo
Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo
por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre
mí y los hijos de Israel.
Éxodo 31:16, 17
.
Cuando el Señor libró a su pueblo Israel de Egipto y le encomendó su
ley, le enseñó que mediante la observancia del sábado habían de distinguirse
de los idólatras...
Así como el sábado era la señal que distinguía a Israel cuando salió de
Egipto para entrar en la Canaán terrenal, es ahora la señal que distingue al
pueblo de Dios al salir del mundo y entrar en el reposo celestial. El sábado
es una señal de la relación que existe entre Dios y su pueblo, una señal de
que ellos honran su ley. Establece una distinción entre sus súbditos leales
y los transgresores... El sábado dado al mundo como señal de que Dios
es el Creador, es también la señal de que es el Santificador. El poder que
creó todas las cosas es el que regenera el alma a su propia semejanza. Para
aquellos que santifican el sábado es señal de santificación. La verdadera
santificación es armonía con Dios, unidad con él en carácter. Se la recibe por
medio de la obediencia a esos principios que son el trasunto de su carácter.
El sábado es la señal de la obediencia. Aquel que obedece de corazón el
cuarto mandamiento obedecerá toda la ley. Es santificado por la obediencia.
A nosotros como a Israel se nos da el sábado como “pacto perpetuo”.
Para los que reverencian su santo día, el sábado es una señal de que Dios
los reconoce como su pueblo escogido. Es una seguridad que cumplirá su
pacto con ellos. Toda alma que acepta la señal del gobierno de Dios se pone
bajo el pacto divino y eterno. Se asegura a la áurea cadena de la obediencia,
de la cual cada eslabón es una promesa.
De los Diez Mandamientos sólo el cuarto contiene el sello del gran
Legislador, Creador de los cielos y de la tierra. Los que obedecen sus
mandamientos asumen su nombre, y todas las bendiciones implícitas en él
les pertenecen.—
Testimonies for the Church 6:349, 350
.
El sábado no ha perdido nada de su significado. Continúa siendo una
señal entre Dios y su pueblo, y lo será para siempre.—
Ibid. 9:18
.
[157]
159