Página 25 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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El manto real, 16 de enero
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y
resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los
santos.
Apocalipsis 19:8
.
La parábola del vestido de bodas (
Mateo 22:1-14
) representa una lección
del más alto significado... El vestido de boda de la parábola representa
el carácter puro y sin mancha que poseerán los verdaderos seguidores de
Cristo... El lino fino, dice la Escritura, “son las justificaciones de los santos”.
Apocalipsis 19:8
. Es la justicia de Cristo, su propio carácter sin mancha,
que por la fe se imparte a todos los que lo reciben como Salvador personal.
La ropa blanca de la inocencia era llevada por nuestros primeros padres
cuando fueron colocados por Dios en el santo Edén. Ellos vivían en perfecta
conformidad con la voluntad de Dios... Una hermosa y suave luz, la luz de
Dios, envolvía a la santa pareja... Pero cuando entró el pecado, rompieron
su relación con Dios, y la luz que los había circuido se apartó. Desnudos y
avergonzados, procuraron suplir la falta de los mantos celestiales cosiendo
hojas de higuera para cubrirse.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 291-
295
.
No podemos proveernos por nuestra cuenta del ropaje de la justicia,
porque el profeta dice: “Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmun-
dicia”.
Isaías 64:6
. No hay nada en nosotros con qué cubrir el alma para
que no se vea su desnudez. Debemos recibir el ropaje de justicia tejido en el
telar del cielo, el ropaje puro de la justicia de Cristo.—
A Fin de Conocerle,
304
.
Dios ha hecho amplia provisión para que podamos comparecer perfectos
en su gracia, sin que nos falte nada, aguardando la aparición de nuestro
Señor. ¿Estás listo? ¿Estás ataviado con el vestido de bodas? Esa vestimenta
nunca cubrirá el engaño, ni la impureza, ni la corrupción, ni la hipocresía.
El ojo de Dios está sobre ti. Discierne los pensamientos y las intenciones
del corazón. Podemos ocultar nuestros pecados de los ojos de los hombres,
pero no podemos ocultar nada de nuestro Hacedor.—
Testimonies for the
Church 5:220, 221
.
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