La bondadosa invitación, 18 de enero
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar.
Mateo 11:28
.
Cristo trataba de enseñar a sus discípulos la verdad de que en el reino de
Dios no hay fronteras nacionales, ni castas, ni aristocracia; que ellos debían
ir a todas las naciones, llevándoles el mensaje del amor del Salvador.—
Los
Hechos de los Apóstoles, 17
.
Cristo derribó la muralla de separación, el amor propio, y el prejuicio
divisor del nacionalismo egoísta; enseñó a amar a toda la familia humana...
Nos enseña a considerar a cada alma necesitada como nuestro prójimo y al
mundo como nuestro campo. Así como los rayos del sol penetran hasta las
partes más remotas del mundo, Dios quiere que el Evangelio llegue a toda
alma en la tierra.—
El Discurso Maestro de Jesucristo, 40, 42
.
En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo.
Oraciones, lágrimas e interrogaciones brotan de las almas anhelosas de luz
en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están en
el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados a él...
En la comisión dada a los primeros discípulos, se hallan incluidos los
creyentes de todas las edades. Todo el que aceptó el Evangelio, recibió una
verdad sagrada para impartirla al mundo. El pueblo fiel de Dios fue siempre
constituido por misioneros activos, que consagraban sus recursos al honor
de su nombre y usaban sabiamente sus talentos en su servicio...
Todo el que ha recibido a Cristo está llamado a trabajar por la salvación
de sus prójimos. “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga:
Ven”.
Apocalipsis 22:17
. A toda la iglesia incumbe el deber de dar esta
invitación. Todo el que la ha oído ha de hacer repercutir este mensaje por
valles y montes: “Ven”...
Largo tiempo ha esperado Dios que el espíritu de servicio se posesione
de la iglesia entera, de suerte que cada miembro trabaje por él según su
capacidad.—
Los Hechos de los Apóstoles, 89-91
.
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