Abarca todo el mundo, 19 de enero
Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los
confines de la tierra.
Salmos 2:8
.
“El campo es el mundo”.
Mateo 13:38
. Comprendemos lo que abarca
este dicho mejor que los apóstoles que recibieron el mandato de predicar
el Evangelio. El mundo entero es un vasto campo misionero.—
Obreros
Evangélicos, 27
.
La terrible condición del mundo parecería indicar que la muerte de Cris-
to fue casi en vano, y que Satanás triunfó... Pero no hemos sido engañados.
No obstante el aparente triunfo de Satanás, Cristo está llevando a cabo su
obra en el santuario celestial y en la tierra...
El solemne y sagrado mensaje de amonestación debe proclamarse en
los campos más difíciles y en las ciudades más pecaminosas, en todo lugar
donde no haya brillado todavía la luz del gran triple mensaje. Cada uno
ha de oír la última invitación a la cena de bodas del Cordero. De pueblo
a pueblo, de. ciudad a ciudad, de país a país, debe irse proclamando el
mensaje de la verdad presente, no con ostentación externa, sino con el poder
del Espíritu.—
Ibid. 26, 27
.
Antes de que el hombre pueda pertenecer al reino de Cristo, su carácter
debe ser purificado del pecado y santificado por la gracia de Cristo... Cristo
anhela manifestar su gracia y estampar su carácter y su imagen sobre todo el
mundo. Le fueron ofrecidos los reinos de este mundo por aquel que se rebeló
en el cielo, para comprar de este modo su homenaje a los principios del
mal; pero él vino a establecer un reino de justicia y no pudo ser comprado;
no había de abandonar su propósito. Esta tierra es su herencia adquirida, y
quiere que los hombres sean libres, puros y santos... Aunque Satanás obra
por medio de instrumentos humanos para impedir el propósito de Cristo,
todavía han de lograrse triunfos por medio de la sangre derramada en favor
del mundo, que glorificarán a Dios y al Cordero. Su reino se extenderá y
abarcará todo el mundo... Cristo no quedará satisfecho hasta que la victoria
sea completa. Pero “verá del trabajo de su alma y será saciado”. “Y temerán
desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su
gloria”.
Isaías 53:11
;
59:19
.—
The Review and Herald, 18 de agosto de
1896
.
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