Poder en las promesas, 15 de septiembre
No os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la
paciencia heredan las promesas.
Hebreos 6:12
.
Las Escrituras deben recibirse como palabra que Dios nos dirige, palabra
no meramente escrita sino hablada. Cuando los afligidos acudían a Cristo,
discernía él, no sólo a los que pedían ayuda, sino a todos aquellos que en el
curso de los siglos acudirían a él con las mismas necesidades y la misma
fe. Al decirle al paralítico: “Confía, hijo; tus pecados te son perdonados”.
Mateo 9:2
... se dirigía también a otros afligidos, a otros cargados de pecado,
que acudirían a pedirle ayuda. Así sucede con todas las promesas de la
Palabra de Dios. En ellas nos habla a cada uno en particular, y de un modo
tan directo como si pudiéramos oír su voz. Por medio de estas promesas,
Cristo nos comunica su gracia y su poder. Son hojas de aquel árbol que es
“para la sanidad de las naciones”.
Apocalipsis 22:2
. Recibidas y asimiladas,
serán la fuerza del carácter, la inspiración y el sostén de la vida. Nada tiene
tal virtud curativa.—
El Ministerio de Curación, 84, 85
.
Dios ama a sus criaturas con un amor que es a la vez tierno y fuerte. El
ha establecido las leyes de la naturaleza, pero sus leyes no son imposiciones
arbitrarias. Todo “no”, ya sea que se aplique a la ley física o moral, contiene
o implica una promesa. Si se lo obedece, las bendiciones encaminarán
nuestras pisadas; si se lo desobedece, el resultado será peligro e infelicidad.
Las leyes de Dios tienen como propósito que su pueblo viva más cerca de
él. Los salvará del mal y los conducirá al bien si se dejan conducir, pero
nunca los va a obligar.—
Testimonies for the Church 5:445
.
Somos demasiado faltos de fe. ¡Oh, cómo desearía que pudiera inducir
a nuestros hermanos a tener fe en Dios! No deben creer que a fin de ejercer
fe deben ser acicateados hasta llegar a un alto grado de excitación. Todo lo
que tienen que hacer es creer en la Palabra de Dios, así como creen en lo
que dicen uno al otro. El lo ha dicho, y cumplirá su Palabra. Dependa Ud.
tranquilamente de las promesas de Dios, porque él quiere decir precisamente
lo que dice. Diga: El me ha hablado en su Palabra, y cumplirá cada promesa
que ha hecho.—
Mensajes Selectos 1:96, 97
.
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