Página 280 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Bendiciones multiplicadas, 17 de septiembre
Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de
nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y
a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.
2
Pedro 1:2, 3
.
En el primer capítulo de la segunda epístola de Pedro, hallaréis esta
recomendación: “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mis-
mo, mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia; y en la ciencia
templanza, y en la templanza paciencia, y en la paciencia temor de Dios;
y en el temor de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal, caridad”.
2
Pedro 1:5-7
. Estas virtudes son tesoros admirables...
¿No nos esforzaremos por aprovechar lo mejor que podamos el poco
tiempo que aún nos queda en esta vida para añadir una gracia a otra, y una
potencia a otra, mostrando que tenemos acceso, en los lugares celestiales,
a una fuente de poder? Cristo dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo
y en la tierra”.
Mateo 28:18
. ¿Para quién le es dada esta potestad? Para
nosotros. El quiere que comprendamos que volvió al cielo como nuestro
Hermano mayor, y que el poder inconmensurable que se le dio está a nuestra
disposición...
En todo lo que hacemos y decimos, debemos representar a Cristo. Debe-
mos vivir su vida. Los principios en que se inspiraba deben dirigir nuestra
conducta hacia las personas con quienes colaboramos. Cuando estamos
anclados firmemente en Cristo poseemos un poder que ningún ser humano
puede quitarnos.—
Joyas de los Testimonios 3:384
.
La impremeditada e inconsciente influencia de una vida santa, es el
más convincente sermón que puede predicarse en favor del cristianismo.
Puede ser que los argumentos, por irrebatibles que sean, no provoquen más
que oposición; pero un ejemplo piadoso entraña fuerza irresistible.—
Los
Hechos de los Apóstoles, 407
.
Dios ha revelado por medio de su Hijo, la excelencia que el hombre
puede alcanzar. Y Dios nos está desarrollando, para que aparezcamos ante
el mundo como testigos vivientes de lo que el hombre puede llegar a ser a
través de la gracia de Cristo.—
Nuestra Elevada Vocación, 110
.
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