Página 284 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Fuente de una influencia correcta, 21 de septiembre
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver
pronto: e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu
retaguardia.
Isaías 58:8
.
El Señor tiene una obra especial que hacer por nosotros individualmente.
Al ver la maldad del mundo puesta de manifiesto en los tribunales de justicia
y publicada en los diarios, acerquémonos a Dios y, por medio de una fe viva,
echemos mano de sus promesas, para que la gracia de Cristo se manifieste
en nosotros. Podemos ejercer una influencia, una influencia poderosa en
el mundo... Debemos tener por único blanco la gloria de Dios. Debemos
trabajar con toda la inteligencia que Dios nos ha dado, colocándonos donde
fluye la luz, para que la gracia de Dios pueda derramarse sobre nosotros para
amoldarnos y conformarnos a la semejanza divina. El cielo está esperando
otorgarles sus más ricas bendiciones a aquellos que quieran consagrarse
para hacer la obra de Dios en estos últimos días de la historia del mundo.—
Mensajes para los Jóvenes, 23
.
No hay nada en nosotros mismos por lo cual podamos ejercer sobre
otros influencia para bien. Al comprender nuestra impotencia y nuestra ne-
cesidad del poder divino, no confiaremos en nosotros mismos. No sabemos
qué resultados traerá un día, una hora o un momento, y nunca debiéramos
comenzar el día sin encomendar nuestros caminos a nuestro Padre celestial.
Sus ángeles están comisionados para velar por nosotros, y si nos somete-
mos a su custodia, entonces en cada ocasión de peligro estarán a nuestra
diestra. Cuando inconscientemente estamos en peligro de ejercer una mala
influencia, los ángeles estarán a nuestro lado, induciéndonos a un mejor
proceder, escogiendo las palabras por nosotros, e influyendo en nuestras
acciones. En esta forma, nuestra influencia puede llegar a ser un gran poder,
aunque silencioso e inconsciente, para llevar a otros a Cristo y al mundo
celestial.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 321
.
La influencia personal es un poder. Debe obrar con la influencia de
Cristo, elevar donde Cristo eleva, impartir los principios correctos y dete-
ner el progreso de la corrupción del mundo. Debe difundir la gracia que
únicamente Cristo puede impartir.—
La Historia de Profetas y Reyes, 174,
175
.
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