Página 309 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

Basic HTML Version

Guardemos el corazón, 14 de octubre
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la
vida.
Proverbios 4:23
.
La guarda diligente del corazón es esencial para crecer en gracia en
forma saludable. El corazón, en su estado natural, es la morada de pen-
samientos impíos y de pasiones pecaminosas. Cuando se lo somete a la
sujeción de Cristo, debe ser purificado por el Espíritu de toda contaminación.
Esto no puede hacerse sin el consentimiento de la persona.
Cuando el alma ha sido purificada, es deber del cristiano mantenerla
sin contaminación. Muchos creen que la religión de Cristo no requiere el
abandono de los pecados cotidianos, el quebrantamiento de hábitos que han
mantenido al alma en servidumbre. Renuncian a ciertas cosas condenadas
por la conciencia, pero dejan de representar a Cristo en la vida diaria. No
llevan la semejanza de Cristo al hogar. No manifiestan una atención cuida-
dosa en la elección de las palabras. Demasiado a menudo, se pronuncian
palabras malhumoradas e impacientes, palabras que remueven las peores
pasiones del corazón humano. Los tales necesitan la presencia permanente
de Cristo en el alma. Sólo mediante su fortaleza podemos mantener guardia
sobre estas palabras y estos actos.—
The S.D.A. Bible Commentary 3:1157
.
Muchos parecen escatimar los momentos dedicados a la meditación, a
la investigación de las Escrituras y a la oración, como si el tiempo ocupado
en estas cosas fuera perdido. Me gustaría que todos vierais estas cosas
en la perspectiva que Dios quiere que las veáis; porque entonces le daréis
la primera importancia al reino de los cielos. Guardar el corazón para el
cielo le dará vigor a todas vuestras gracias, y pondrá vida en todos vuestros
deberes... Del mismo modo que el ejercicio aumenta el apetito y fortalece el
cuerpo proporcionándole saludable vigor, el ejercicio devocional producirá
un incremento de gracia y vigor espiritual.—
Ibid
.
Elevemos esta oración a Dios: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio”
(
Salmos 51:10
); porque un alma pura y limpia tiene a Cristo como morador,
y de la abundancia del corazón mana la vida. La voluntad humana se
someterá a Cristo.—
Ibid
.
[296]
305