Página 310 - La Maravillosa Gracia de Dios (1973)

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Ante todo, un corazón vacío de egoísmo, 15 de octubre
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal
mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como
a ti mismo.
Marcos 12:30, 31
.
De estos dos mandamientos dependen todo el interés y el deber moral.
Los que cumplen su deber hacia los demás en la misma forma en que
quisieran que los demás lo hicieran con ellos, se ubican en tal posición que
Dios puede revelarse a ellos. Serán aprobados por él. Serán perfeccionados
en amor y sus labores y oraciones no serán en vano. Estarán recibiendo
continuamente gracia y verdad de la Fuente principal, y comunicarán sin
restricciones a los demás la luz divina y la salvación que reciban...
El egoísmo es abominación a la vista de Dios y de los santos ángeles.
Por causa de este pecado muchos dejan de alcanzar el bien que estarían
en condiciones de gozar. Contemplan con ojos egoístas sus propias cosas
y no aman ni buscan el interés de los demás tal como ocurre con lo suyo.
Invierten la orden de Dios. En lugar de hacerles a los demás lo que les
gustaría que los otros hicieran por ellos, hacen por sí mismos lo que les
gustaría que los otros hicieran por ellos, y les hacen a los demás lo que les
disgustaría que les hicieran a ellos.—
Testimonies for the Church 2:550,
551
.
¿Cómo es posible que podamos crecer en gracia? Es posible sólo si
vaciamos el corazón del yo y lo presentamos al Cielo para que sea mol-
deado de acuerdo con el Modelo divino. Debemos tener conexión con el
viviente canal de luz; podemos ser refrigerados por el rocío celestial, y dejar
que las lluvias del Cielo desciendan sobre nosotros. Al apropiarnos de la
bendición de Dios estaremos en condiciones de recibir mayores cantidades
de su gracia. Al aprender a mantenernos como viendo al Invisible, seremos
transformados a la imagen de Cristo. La gracia de Cristo no hará de noso-
tros seres orgullosos, ni encumbrará nuestro yo, sino que llegaremos a ser
mansos y humildes de corazón.—
The S.D.A. Bible Commentary 7:947
.
El crecimiento en la gracia no os inducirá a ser orgullosos o jactanciosos,
ni alimentará vuestra confianza propia.—
Meditaciones Matinales, 107
.
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